Un par de horas después, sin embargo, devuelve la llamada más animado, porque va de camino de Barcelona, desde su masía perdida en los bosques de Gerona, para ver la actuación de su amiga, tal y como ha hecho desde que la trajo por primera vez en 1976. Desde entonces, no ha fallado nunca, entre otras cosas porque él las ha organizado todas. «Siempre me pide que lo vea encima del escenario, a la izquierda, para saludarme en el descanso que hace antes de los dos últimos temas», cuenta.
El último día de Sant Jordi, la propia Patti Smith publicó el siguiente mensaje en Instagram, junto a una foto de ambos muy jóvenes: «Este es Gay, mi promotor español desde 1976. Cada Sant Jordi, sin falta, me envía una rosa. Este año del dragón me ha mandado doce. Estoy muy agradecida. ¡Gracias Gay!». Entonces hablaron por teléfono y ayer él le dejó en su hotel un ramo de flores gigantesco y una edición de 1946 de la biografía que Stefan Zweig escribió de Balzac, envuelta en una bolsa de Tiffany, «porque ese libro es una joya».
Pequeños detalles de una amistad de medio siglo. «Es la mujer más íntegra que he conocido en el negocio de la música. No tiene ni merchandising. Solo una vez vendió una camiseta, pero su manager, que se quedaba el dinero. ¡Ella pasa de todo eso!», recuerda.
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