EL DISCÓBOLO
Ganglians
«Monster Head Room». Souterrain Transmissions. 16,95 euros
«Every time we feel this way like nothing can go right»
La noche y el día en menos de una hora. Un sol radiante en alguna isla paradisíaca que ensombrece, por momentos, una repentina tormenta perfecta. El primer LP de los «Ganglians» es ... un disco de contrastes, de altos y bajos. Difícilmente catalogable, su música no se parece a prácticamente nada de lo que se hace hoy en día. Si imitan, lo hacen por naturaleza, inconscientemente. Sus composiciones ocupan algún lugar entre Animal Collective y Devendra Banhart. Casi nada.
A este joven cuarteto de Sacramento (California) le gusta a partes iguales cantar con mesura y gritar sin control. No les importa que sus voces no suenen perfectas: eso es lo que les sale, de forma natural, sin forzar nada. Por momentos la música se convierte en ruido, en mera explosión sonora. Y no suena mal. El monstruo al que hace referencia el título del disco bien podría encontrarse en «The Void», donde la armonía inicial se rompe bruscamente en una pesadilla musical.
Desasosiego
Un esquema similar encontramos en «100 Years», donde los ritmos placenteros del comienzo y el final de la pieza se vuelven caóticos y estridentes hacia la mitad. Como si al grupo le venciera el desasosiego. Y aparecen los alaridos, no solo humanos si no también instrumentales: las guitarras parecen dolerse en los tonos agudos.
Pero gran parte del disco lo forman temas intimistas, como «Lost Words», «To June» o incluso «Cryin' Smoke», ejecutados con un austero acompañamiento instrumental. Algo más sofisticados -y menos originales- suenan los dos últimos temas, «Blood on the Sand» y «Make it up», incluidos en la revisión del disco publicada este año.
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