Noel Gallagher, volando en solitario hacia la eternidad
El ex compositor y cabecilla de Oasis presenta en Madrid su primer disco en solitario, «Noel Gallagher’s High Flying Birds»
D, MORÁN
«Tú y yo vamos a vivir para siempre», cantaba Liam Gallagher cuando Oasis salieron propulsados de la gris e industrial ciudad de Manchester para autoproclamarse, modestia aparte, la mejor banda del planeta después de los Beatles. Y aunque su primer disco, ese «Definetily ... Maybe» que batió récords de ventas y resucitó prácticamente de golpe el brit-pop, les garantice cierta cuota de inmortalidad, a los hermanos peor avenidos del pop inglés —con permiso de Ray y Dave Davies— no les queda más remedio que saborear esa eternidad por separado.
Porque Oasis, en efecto, son historia, y Liam y Noel Gallagher ya no están ni juntos ni revueltos, como cuando andaban a la greña dentro y fuera del escenario. Lo que evita que sigan lanzándose chinas del tamaño del pedrusco de Sísifo. «Quiero sacarlo de su miseria, pero creo tiene enfocarse en su disco solista y darse cuenta de que no es tan bueno sin su hermano, necesita darse cuenta de eso él solo», llegó a decir no hace demasiado Liam, reconvertido ahora en cabecilla de Beady Eye.
Y, muertos Oasis, Noel Gallagher, el talentoso de la familia, anda la mar de atareado intentando salir de la miseria, que diría su hermano, agarrándose a un primer disco en solitario firmado como Noel Gallagher's High Flying Birds con el que, asegura, ha recuperado de nuevo el olfato. Y es que, según explica el autor de «Don't Lock Backn In Anger», las canciones que ahora publica, una decena de pieza de corte clásico y guiños a los Beatles y a los Kinks, ya estaban casi listas para formar parte de los dos últimos discos de Oasis. Solo les faltaba un pequeño detalle: la voz. «Liam nunca tuvo tiempo para acabar las voces, y pensé que si no las sacaba ahora nunca lo haría», aseguraba el británico en un entrevista reciente, echando mano una vez más de su hermano. Como siempre.
Porque la de los Gallagher, más allá de sus triunfos y batacazos, es una historia de encontronazos y salidas de tono, de airadas fugas en mitad de una gira —la más célebre, la que les llevó a cancelar su actuación en Barcelona en 2000 después de que se zurraran la badana la noche anterior—, de dientes rotos, batacazos con palos de cricket y pleitos en los juzgados. «Estaba harto de Oasis y más aún de Liam», aseguró Noel poco después de abandonar la banda antes de una actuación en París en verano de 2009. Y así seguirán, cada uno por su lado, hasta que consigan limar asperezas o, como pretende Liam, se reencuentren en 2015 para celebrar en directo el 20 aniversario de «(What's The Story) Morning Glory?». Quizá para entonces ya se hayan dado cuenta de que, en realidad, ninguno de los dos está del todo completo sin el otro.
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