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Música

Por qué El Lebrijano es uno de los cantaores más disruptivos de la historia del flamenco

Cerca de cumplirse cinco años de su muerte, repasamos lo más destacado de su obra valiéndonos de una lista de Spotify

Juan Peña El Lebrijano en directo ABC

Luis Ybarra Ramírez

Se produce un fenómeno extraño cuando el aire zigzaguea por la garganta del Lebrijano y se desprende a trompicones por la boca. Gabriel García Márquez dijo que cuando cantaba se mojaba el agua. Otros han hablado de dolor supremo, de queja irracional. Lo han copiado ... y venerado. Ese aire, que parecía proceder del mismo estómago o de la tierra adentro, partió de las formas de Antonio Mairena para encontrarse con los giros más elocuentes de la Niña de los Peines, con quien convivió una larga temporada. Y así, sumando sello propio, sangre de ancestros y debilidades de sus coetáneos, el hijo de la Perrata creó los cimientos de uno de los universos artísticos más poderosos de la segunda mitad del siglo XX. En el disco 'De Sevilla a Cádiz' está tal vez El Lebrijano más inspirado con un trocito de raíz y otro de ala en las amígdalas. Niño Ricardo y Paco de Lucía le secundan en las guitarras. Tiene ahí el desgarro y la suerte del compás. El eco lleno de esquinas, su porvenir en las manos. Y anunciaba al grito de «Pensamiento, a dónde me llevas» el laberinto de música y emoción en el que estaba a punto de sumergirse, el de un artista cargado de tradición, pero lleno de ideas revolucionarias.

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