El incierto futuro de los Rolling Stones tras la muerte de Charlie Watts
La banda británica tiene previsto salir de gira el 26 de septiembre con Steve Jordan a la batería
Años atrás, ni la muerte de Brian Jones ni la marcha de Bill Wyman frenaron a Jagger y Richards
Watts y Richards, durante una actuación de los Rolling Stones en Berlín
Seguir o no seguir. Esa es la cuestión. Muerto Charlie Watts y con Mick Jagger y Keith Richards como únicos supervivientes de la formación original, la pregunta es obligada: ¿tiene sentido seguir con los Rolling Stones? ¿Es este el momento de bajar ... la persiana y, como ellos mismos cantaban en 'Let It Loose', dejar que todo se derrumbe?
Este miércoles, poco después del deceso de su amigo y compinche, Richards compartía en su cuenta de Twitter una imagen de la batería de Watts con un cartel de 'closed' (cerrado) colgando de uno de los platos. ¿'C'est fini'? «Todo el mundo piensa que Mick y Keith son los Rolling Stones. Si Charlie no estuviera haciendo lo que hace con la batería, eso no sería cierto en absoluto. Descubrirías que Charlie Watts son los Stones», dijo hace años Richards. Es más: cuenta la leyenda que, en una ocasión, preguntado por el futuro en la banda, el guitarrista bucanero lo fío todo a la presencia de Watts. Los Stones, dijo, seguirían «hasta el día que mire hacía atrás y no esté Charlie en la batería».
«Todo el mundo piensa que Mick y Keith son los Rolling Stones. Si Charlie no estuviera haciendo lo que hace con la batería, eso no sería cierto en absoluto. Descubrirías que Charlie Watts son los Stones»
Keith Richards
The Rolling Stones
Pues bien: el día ha llegado, sí, pero de momento nada hace pensar que Mick Jagger, 78 años recién cumplidos, Keith Richards, 77 que valen por 300, y el jovenzuelo Ronnie Wood, apenas 74, vayan a echar el freno. A la espera de lo que pueda ocurrir, el futuro inmediato de la banda pasa por una gira que está previsto arranque el 26 de septiembre y se alargue hasta el 20 de noviembre. En total, 20 conciertos en Estados Unidos que Watts ya había anunciado que se perdería por culpa de una enfermedad.
Para cubrir su baja, los autores de 'Exile On Main St' ya habían fichado a Steve Jordan, primer batería de los Blues Brothers y habitual de músicos como Eric Clapton y John Mayer. Jordan, amigo personal de Watts, ya había trabajado con los Stones en 1986, cuando el traspiés alcohólico y farmacológico del (casi) siempre imperturbable Charlie obligó a la banda a buscar varios baterías de apoyo para terminar el inane 'Dirty Work'.
La formación original de los Stones en 1965, con Watts, Brian Jones, Richards, Jagger y Bill Wyman
En este caso, sin embargo, no se trata de un parche o un remiendo, sino de sustituir de forma permanente a uno de los tres únicos supervivientes de la formación original de los Rolling Stones. ¿Qué ocurrirá? La edad, claro, puede ser un factor determinante, pero si algo nos ha enseñado la historia es que ni los Stones en general ni Mick Jagger en particular han sido nunca muy dados al sentimentalismo: en 1969, cuando el cadáver de Brian Jones, al que habían echado de la banda poco antes, apareció flotando en un piscina, a nadie se le pasó por la cabeza suspender el concierto programado en Hyde Park sólo dos días después. Y cuando al sustituto de Jones, el talentoso Mick Taylor , se hartó de la omnisciencia compositiva de Jagger y Richards, a los Stones les bastó con descolgar el teléfono y reclutar a Ronnie Wood, guitarrista de los Faces.
Ni siquiera la marcha en 1993 de Bill Wyman, bajista de la banda desde 1962, agrietó los pilares maestros de una banda convertida ya en imparable transatlántico del rock. La decisión salomónica fue que la baja de Wyman no se cubriría de forma oficial aunque, en la práctica, Darryl Jones se convirtió desde entonces en el socio de Watts en las sección rítmica. Y eso por no hablar de Ian Stewart, primer teclista de la banda y germen junto a Brian Jones de los Stones originales. Si apenas han oído hablar de él es porque duró un suspiro. No ayudó que, entre tipos de pelo ensortijado y sonrisa maliciosa, Stewart gastase pinta de oficinista de sucursal bancaria. «El contrato con Decca hizo que Stu tuviera que bajarse en marcha: seis tíos son muchos tíos y el que sobra es, evidentemente, el pianista», escribe Richards en su autobiografía 'Vida'.
Así que, ya ven , hoy como ayer, el espectáculo debe continuar.