Carminho, la esplendorosa voz del fado más íntimo

La esencia de Lisboa se refugia en su seno, que por algo aprendió el alma del género en la casa de fados que regentaba su madre. Por eso adquiere una emotividad especial su interpretación cuando entona versos como «Comienzo a cantar para quien tenga/ hambre de oír la música del viento».

A sus 35 años, ya va por su quinto álbum , incluido el peculiar tributo que rindió a Tom Jobim con una fusión estilística que puso en práctica en duetos con Chico Buarque o Marisa Monte.

Ahora se presenta bajo el paraguas instrumental de Luis Guerreiro (guitarra portuguesa), Flavio Cardoso (guitarra acústica), Pedro Geraldes (guitarra eléctrica) y Tiago Maia (bajo).

Mientras prepara su retorno a España, Carminho charla relajada en el mismo estudio del barrio lisboeta de Amoreiras en el que grabó «María», con su sensibilidad a flor de piel.

¿Estamos ante su disco más intimista?

El fado es mi lenguaje y esta es una evolución natural. Vengo con un nuevo repertorio porque no quiero cantar lo mismo que antes. Este disco es fruto de la búsqueda constante de saber lo que estoy sintiendo.

Hay quien dice que se canta mejor fado cuando se sufre…

Para cantar bien fado, tienes que creer en lo que estás haciendo y, para eso, hay que sentir algo profundo . Por tanto, no es fácil.

Su anterior álbum, en el que cantaba a Antonio Carlos Jobim, era un diálogo entre el fado y la bossa nova. Una experiencia transgresora en un género tan tradicional, ¿no es así?

Fue un disco muy bien recibido. Era mi manera de reinterpretar la bossa nova y, para mí, supuso una gran experiencia trabajar con su hijo, Paulo Jobim, y con los arreglos de Jaques Morelenbaum

¿Busca ampliar los horizontes del fado?

El fado no necesita ampliar sus horizontes, pero pasa como con el flamenco o el tango, que los propios agentes tratan de enriquecer sus cánones . Ahí está, por ejemplo, Rosalía , totalmente contemporánea . Yo no estoy cerrada a nada, solo digo que tiene que haber un sentido

El fado no es solo melancolía, ¿verdad?

No, no. El fado habla del día a día , no puede ser solo el reflejo del lado triste. Por supuesto que también tenemos un fado alegre . Incluso las mismas canciones pueden cambiar en función del estado de tu espíritu.