La cara oculta común de David Bisbal, Pastora Soler o David Bustamante

« Cobarde he sido tan cobarde por vender tus besos/cobarde he sido tan cobarde/por refugiarme así, en mi soledad /cobarde por no ser sincero/por no luchar por lo que yo mas quiero/cobarde he sido tan cobarde por vender tus besos », esta sirvió a David Bustamante para ser número «1» en ocho países , entre otras alegrías.

« La mala costumbre », para Pastora Soler ; « Esclavo de sus besos », para David Bisbal ; Cristian Castro , David Bustamante , Tamara , Shaila Durcal , Chenoa , Rosa , Manolo Escobar , Amaury Gutierrez , Gisela , Hugo , Yahir , Yuridia , Beth , los chilenos Luis Jara y Américo , todos comparten una cara oculta.

Se llama José Abraham , y es noticia por ser el primer compositor español en ser galardonado con el «International Songwriting Competition 2014» , en la categoría latino, con «Por más que yo resista», el Oscar de la música para reconocer el trabajo de quien ha escrito alguno de los mayores éxitos de los artistas enumerados.

Abraham, sevillano, del 74, y «autor de vocación» , cuenta a ABC que era un niño que «ahorraba para comprar discos y cuando abría el álbum, veía los nombres de los autores y soñaba con estar ahí algún día».

Con el sueño más que cumplido , y ahora galardonado, solo espera de este premio «seguir trabajando». Porque este abogado, compositor y productor sevillano ha visto «a muchos autores que pensaron que eran invencibles y que ya lo eran todo, y a los dos años están desaparecidos . Yo siempre pienso en nuevos proyectos, no paro de componer, de inventar, porque soy consciente de que yo puedo ser el siguiente en desaparecer», dice.

El autor de obras incluidas en 3 millones de discos vendidos , 28 discos de platino, 7 de oro y más 50 millones de descargas online es, además, un buen conocedor de su profesión. Crítico con aquellos que «hablan del talento que tenemos en España y de lo mucho que hay que apoyarlo, mientras tienen que venir de fuera a reconocer nuestro trabajo», José Abraham sabe que «no hay espacio en los periódicos» para la relevancia real del reconocimiento que le ha dado un jurado compuesto por Pat Metheny , Jon Secada , John Hiatt , Chayanne , Robben Ford o Keane , junto a varios máximos responsables de la industria mundial. «Esto no puede superar a los casos de corrupción, a Belén Estéban o a Kiko Rivera», bromea resignado.

En realidad confiesa que a la mayoría de compositores les incomoda recibir premios. « Estamos acostumbrados a estar detrás . Pero la satisfacción de encontrarte a alguien que es capaz de tararear una canción tuya sin conocerte, o incluso el propio artista que te diga, como hizo Pastora Soler : 'estas cosas sólo me las dice así mi madre, que me conoce muy bien', eso ya es un premio en sí».

La suya es una profesión desconocida aunque «el autor es el motor de la industria. Los contenidos culturales cada vez se consumen más y lo único que ha entrado en crísis es el modelo de negocio, pero la cultura es la gran olvidada », narra Abraham. Y nada sencilla en un mundo donde el negocio y las ilusiones se mezclan con perversión. «Los autores, o firman unos contratos leoninos que son 50/50 y copyright, o tienen que firmar con grandes multinacionales que les dan un pequeño adelanto que ni por asomo les van a permitir vivir el tiempo necesario, o firman un contrato por obra que les va a tener atados de por vida», lamenta el ganador del certamen norteamericano para compositores más reconocido del mundo.

Lo cierto es que él advirtió tiempo atrás que «la empresa que necesitaba no existía», así que fundó «Canciones con Alma» , una editorial que pretende ser diferente a una escena que conoce bien: «cuando un autor empieza es muy fácil engañarlo. Haces un par de llamadas, le impresionas, y ya ha cedido sus derechos de por vida», se lamenta.

A bordo de su reconocido talento, y de su especialidad en propiedad intelectual , la charla con José Abraham es una pequeña enciclopedia del nada conocido planeta de los autores. Como todos los padres, los suyos querían que fuese abogado, o cualquier otra profesión más determinada, pero el aroma de los vinilos al quitarle el envoltorio plástico se quedó impregnado para siempre en sus sensores vitales , pese a que «la única manera que tiene un compositor para vivir dignamente de la música es tener muchas y en muchos repertorios. Pero se puede vivir de esto , claro».

Él lo hace, y con éxito más que contrastado. Al principio escribiendo «canciones en general», hoy oye sonar su teléfono cada vez que Bisbal, Bustamante o Pastora Soler empiezan un proyecto.

Aunque escribe para los artistas «ad hoc», a veces ocurre como al actual sencillo de Bustamante . «Yo soy uno de los autores de esa canción, y la iba a grabar Chayanne. Busta la quería y yo le dije que ya la iba a hacer él. Luego Chayanne no la incluyó, y esa misma tarde llamé y dije: “Busta, que se ha quedado libre..." Aunque compongas a medida, muchas veces hay sorpresas», narra.

En este negocio, «puedes vivir de una canción, sólo si es «El Concierto de Aranjuez» . La mejor manera de vivir de esto es la constancia... El poco a poco es lo que hace que haya un volumen de derechos de autor que que permitan vivir», desvela Abraham.

«El problema es que en una sociedad en la que incluso hay gente que roba un coche o entra en una casa, imagínate algo intangible como las ideas», dice el compositor cuando se vuelve sobre la crisis del sector. «Internet ha traído muchas ventajas, pero también mucha anarquía y la cultura del 'todo gratis' . Y eso no puede ser, porque hay personas que trabajamos de esto, escriben guiones para películas, libros... Ese dinero que desaparece con el 'todo gratis' lo que hace es empobrecer a un país. La cultura representa el 4 por ciento del PIB de toda España y en el resto de países de Europa no hay color con el nivel de piratería».

Pese a todo. El ganador del «International Songwriting Competition 2014» es español. Una persona a quien encanta trabajar con otros autores (la canción galardonada está firmada con Juanma Leal) y que se levanta todas las mañanas leyendo su nombre en álbumes de una treintena de artistas , como soñaba años ha, al ver aquel «Lennon/McCartney» escrito que muchos otros ni advertían.