Franz Ferdinand exprime su euforia bailable en Barcelona
La banda escocesa hizo gala, la noche del sábado, de una gran capacidad para agitar la noche, pero con un espectáculo demasiado previsible
david morán
Fin de fiesta, última noche de la gira europea y euforia general en la pista. ¿Y en el escenario? También. Cómo no. Tratándose de Franz Ferdinand , las propiedades regenerativas e incendiarias de su música se dan por supuestas. Ni siquiera el runrún que le ... debía rondar a más de uno por la cabeza −¿cómo puede ser que en apenas cuatro años hayan pasado de tocar en el Pabellón Olímpico de Badalona a recogerse junto a 3.000 personas en el Sant Jordi Club?− parecía turbar al cuarteto escocés, convencido como está de haber recuperado la alegría y el espíritu festivo gracias a su cuarto trabajo, «Right Thoughts, Right Words, Right Action» .
Así que llegaron los de Alex Kapranos, burbujeante fenómeno del pop británico y, alegría y espíritu festivo mediante, cumplieron a la perfección con su papel. Esto es: el de agitadores de la noche y electrizados acelerantes del baile dislocado. ¿Cómo no conseguirlo cuando uno sale a escena con una mano ganadora como la que formaban «Bullet», «The Dark Of The Matinée», «Tell Her Tonight», «Evil Eye» y «Do You Want To»?
Palabras mayores. Calambres asegurados. Otra cosa es que, con el público en éxtasis y un discreto pero efectivo diseño escénico, Franz Ferdinand no consigan disimular del todo que, superado el arreón inicial, todo se vuelve demasiado lineal y reiterativo. Demasiado previsible. Es lo que tiene empeñarse en imitarse a uno mismo, reinterpretarse una y otra vez armado con material de segunda y en una adaptación de bajo presupuesto. ¿Estrellas del pop? Por supuesto, aunque obligadas a recitar papeles de relleno.
Será por eso que, una década después, la banda sigue exprimiendo las bondades de su primer trabajo −sonaron hasta ocho cortes de su debut homónimo−, fuente original de un sonido que han intentando calcar en su último trabajo pero sin la habilidad suficiente como para repetir las gestas de «Darts Of Pleasure», «Michael», «Take Me Out» y «This Fire». Era ahí donde había que buscar, una vez más, los puntos álgidos de una noche a la que se le acabó escapando la fuerza entre medianías como «Fresh Strawberries», «Stand On The Horizon», «Brief Encounters» y «Goodbye Lovers & Friends». Y es que, por más que a euforia y a espíritu festivo no les gane nadie, también hacen falta canciones. Buenas canciones. O, como mínimo, mejores de las que se han sacado de la chistera con su último trabajo.
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