El día que Paco de Lucía se quedó a las puertas de «La leyenda del tiempo»
El disco con el que Camarón hizo historia hace 35 años puso a prueba la fructífera alianza artística entre el cantaor y el guitarrista gaditano
El azar ha querido que la muerte de Paco de Lucía haya coincidido con el 35 aniversario de «La leyenda del tiempo» (1979), el álbum con el que Camarón de la Isla centrifugó el flamenco y causó estupor entre los puristas del género, y primer trabajo en el que el guitarrista gaditano no formó tándem con el cantaor.
Estamos en 1977 y Paco de Lucía y Camarón, amigos desde mediados de los sesenta, cuando coincidieron en Madrid y se convirtieron en inseparables, despedían la década tras haber grabado una decena de discos, todos ellos producidos por Antonio Sánchez Pecino, padre de Paco de Lucía, y con la autoría a cargo del propio Pecino, de Paco de Lucía y de su hermano, el también guitarrista Ramón de Algeciras.
Coincidiendo con el fin de su contrato con Philips y fascinado por los nuevos sonidos que empezaban a facturar Smash, Veneno y Pata Negra, Camarón quiso darle un vuelco a su carrera y, se dice que harto de que Sánchez Pecino le recriminase su afición por trasnochar, buscó más libertad en un nuevo productor, Ricardo Pachón, que debería encargarse de los cuatro nuevos trabajos de Camarón, todos ellos, según el guión, con Paco de Lucía como fiel escudero.
«Mi primera llamada fue para Paco de Lucía que, de entrada, aceptó ser el guitarrista del disco», recordaba Pachón recientemente mientras rememoraba la gestación de un disco que rompió fronteras y transformó el flamenco en una burbujeante marmita de fusión estilística. Los planes, sin embargo, no tardaron en torcerse, y el guitarrista gaditano se puso en contacto con Pachón para decirle que finalmente no participaría en el disco: a su padre, aseguró De Lucía, le había afectado mucho el cambio de productor y que la familia estaba dolida por lo que consideraban una afrenta hacia Antonio Sánchez Pecino.
Según el propio Pachón, Camarón recibió la noticia con mucha calma y propuso que Tomatito sustituyera a Paco de Lucía, de quien se distanciaría durante dos años -se dice que estuvieron todo ese tiempo sin dirigirse la palabra-, hasta que cantaor y guitarrista se reencontraron en 1981 para grabar «Como el agua», donde el guitarrista ejerció de director musical y guitarrista.
La relación entre el cantaor y el guitarrista se mantuvo más o menos estable hasta «Potro de rabia y miel», último trabajo de Camarón, pero, caprichos del destino, el nombre de Paco de Lucía desapareció del que probablemente sea uno de los discos de flamenco más recordados y celebrados de todos; un trabajo que conectó el mundo del rock y el del cante y que, pese a su discreto eco comercial, se ha convertido, treinta y cinco años después, en uno de los pilares de la música popular española.
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