Sinfonity vuelve con su espectáculo de guitarras único en el mundo

Tanto que ahora se suma una gira, con más medios (vídeos, iluminación, repertorio más ambicioso) que pasa por el Liceo de Barcelona el 29 de junio), el Festival de Guitarra de Córdoba el 7 de julio, en Segovia el 27 de julio... y, lo más inmediato, los días 25, 26 y 27 de mayo en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid .

Esto para empezar. Porque la aventura ideada por Pablo Salinas ha llamado la atención en un sinfín de países, ha sido visto por miles de personas en internet y ha aparecido en diversas televisiones del planeta, y distintos auditorios ya han mostrado interés en escuchar en directo a los 19 guitarristas que forman Sinfonity.

Con ellos, la obras de Vivaldi, Bach, Mozart, Falla, Ravel ... adquieren unas texturas y una sonoridad fascinantes, de forma que el público muchas veces tiene que frotarse los ojos y los oídos para asegurarse de que lo que tienen delante no son más que guitarras eléctricas.

Es el resultado de un trabajo de dos años, uno de investigación y otro de perfeccionamiento, con la guía de Pablo Salinas , músico con más de treinta años de experiencia y cuyo currículo abruma: premio a la Mejor Banda Sonora Original por la película «15 años y un día» en el último Festival de Cine Málaga; ha producido y colaborado con Mike Oldfield, Karl Heinz Stockhausen, Jennifer López, Luz Casal, Miguel Ríos, Serrat, Joaquín Cortés ... y ha sido autor e intérprete de bandas sonoras para cine, teatro y televisión... y cuenta que a los 13 años tocaba los teclados para el cantante italiano Pino D'Angio .

Con una pasión que le desborda y mientras suenan de fondo los ensayos del espectáculo que están a punto de estrenar, Pablo Salinas nos cuenta los entresijos de Sinfonity.

-Por ejemplo, ¿por qué no hay chicas en el conjunto?

-El perfil de esta orquesta es un poquito extraño. Tiene que ser un músico de guitarra eléctrica, con sonido moderno, pero al mismo tiempo hay que ser un amante de la música clásica. He buscado un montón de chicas, y por lo visto hay muchas guitarristas de rock, pero que no tocan música clásica; y de las que interpretan clásico, ninguna toca la eléctrica.

-¿Qué porcentaje de guitarristas vienen del mundo del rock y cuantos de la clásica?

-Un 70 por ciento del rock y un 30 por ciento del de clásica. Este país es el país de guitarristas, das un patada y salen cinco. Todos tienen algún hijo que toca la guitarra, y todo el mundo tiene una guitarra en casa o por lo menos ha intentado tocarla. En los dedos tenemos un tesoro maravilloso, como son cien obras de Bach.

-¿Cómo surgió este proyecto?

-Esto empezó con la obra «La Avería» . Siempre he hecho las bandas a sonoras a Blanca Portillo , y siempre me pide algo bizarro. Le dije que tenía la idea de hacer una orquesta que sonara moderna, con guitarras eléctricas con repertorio barroco. La obra fue un exitazo, aunque la música no obtuvo nominación siquiera, pero sí gustó mucho. Estrenamos en el Festival de Mérida , y ahí fue el punto de partida de esta orquesta, y nos pareció fantástico y decidimos seguir. Mientras hacía otros trabajos para series y películas, nos reuníamos todos los viernes en mi casa, y estudiábamos partituras, a Rossini, Stravinsky...

-¿Cómo ha sido la selección del repertorio?

-En principio obras que conociéramos nosotros mismos. Tenían que ser obras maestras, piedras angulares que todos los músicos de clásica han estudiado de pequeños. Cuando comenzamos el proyecto empezamos por «Las Cuatro Estaciones» , porque si éramos capaces de tocarla ya podíamos tocar cualquier cosa. Ahora Vivaldi lo hemos reducido a lo esencial. Seguimos un orden cronológico y estético. Pretendemos hacer algo emocionante: el fantástico crescendo de Ravel, la espiritualidad de Bach , la parte dramática con «Romeo y Julieta» .... Es una especie de jardín de las delicias. Y al final nos reímos un poco de nosotros mismos, porque tampoco somos la orquesta de Barenboim , y hacemos «Guillermo Tell» , de Rossini que es un poco para los niños, y sacamos la guitarra a plateada de flecha.

-¿Cuál es el truco para lograr esa sonoridad tan especial?

-Todo son guitarras, no hay trucos. Es lo bonito de este trabajo. Cada uno estamos enchufados al amplificador, ya sea real o virtual, Como con la aplicación GarajeBand, puedes quitar agudos o graves si tienes que hacer un sonido de oboe o de chelos. Copiamos las ecualizaciones de los instrumentos, modelamos el sonido. Y luego tenemos un electroimán que inventó un chiflado de Estados Unidos en el 73 que hace que la cuerda vibre (en ese momento una de las guitarras asemeja su sonoridad a la de un clarinete gracias a este artefacto). Pero no usamos nada de midi, ni samplers, ni teclados.

-¿Qué tal han recibido el proyecto los amantes de la música clásica?

-Hay una corriente ahora de pensamiento dentro de los editores de la música clásica es abrir el espectro y dejar de estar confinados a la tienda de Loewe, porque no podemos estar tan anquilosado en el siglo XIX. Creo que esto se adecúa a esos intereses.

- ¿Está entre los objetivos grabar un disco?

-Sí, en un futuro sí queremos hacerlo, pero con el nuevo repertorio, que no está basado en nuestro capricho, sino con el propósito cierto de que a la gente le guste.