Sr. Chinarro: «La ley de la selva tiene cada vez mayor vigencia»

«Enhorabuena a los cuatro» , cuya publicación está prevista para el 25 de febrero, trae consigo, además, reseñables novedades. En primer lugar, está grabado en los estudios que la marca Red Bull posee en Matadero Madrid; y además, cuenta con una excelsa nómina de colaboradores: Zahara , Anni B Sweet , Linda Mirada , y miembros de La Habitación Roja , Maronda y Ellos .

La entrevista tiene lugar, precisamente, en el lugar donde se dio forma al álbum. Por eso comenzamos hablando sobre cómo surgió este proyecto.

El sello ( Mushroom Pillow ) me propuso hacerlo aquí, como lo hizo también Triángulo de Amor Bizarro . Quizás equivocándome pensé que era mejor grabar «un disco» que grabar «mi disco», ya que me ofrecían un estudio y tenía canciones para hacerlo..

¿Quieres decir que hubiera quedado mejor grabado otra manera?

No lo sé. Marc Greenwood (el productor, y miembro de La Habitación Roja) no lo hace nada mal. Eso ya lo tendréis que decir vosotros, la crítica. Yo creo que ha quedado bastante bien. Lo que pasa es que ya he hecho dos discos con él y mola también cambiar para que no sean todos iguales. Para el siguiente álbum me gustaría probar grabar en el extranjero, con otros productores. Pero bueno, la verdad es que si no es mediante el patrocinio de alguna marca, es complicado, porque las discográficas están con el agua al cuello, porque la gente se descarga los discos, y así no hay manera de rentabilizar la inversión tan grande que supone esto, sobre todo si quieres hacerlo cada vez mejor.

¿Los patrocinios pueden ser la salvación?

«En los festivales haces un anuncio de cerveza, no solo un concierto»Claro, la gente no compra discos, pero compra Red Bull. Si Red Bull ayuda a los artistas, pues guay. Igual que pasa con los festivales y las marcas de cervezas, donde los cachés son un poquito mayores porque en parte estás haciendo un anuncio de cerveza, no solo un concierto.

¿Cómo ha influido en el sonido grabar en Madrid y en este estudio?

Las canciones estaban ya hechas antes de venir aquí, pero claro, cada estudio tiene su sonido particular. Esta sala está bastante bien estudiada y currada, pero incluso en el mismo estudio, y con los mismos micrófonos, todo puesto en el mismo sitio, si vuelves a grabar el mismo disco, suena diferente. La música tiene un montón de misterios que ni el mejor de los técnicos ni el mejor de los productores puede controlar de principio a fin. La ecualización, el día que tiene el técnico, cómo está de espíritu... mil millones de factores que, con que cambies uno, cambia todo. Al final son las canciones las que quedan, y la canción es lo que es. El trabajo principal para que un disco suene bien es cómo está compuesta la canción, si está bien construida. Es como hacer un edificio, si están bien los planos, la cuadrilla hará bien su trabajo. Aunque no sé si me viene grande el papel de arquitecto... Mientras vea que me siguen prestando atención los medios y la gente sigue yendo a los conciertos y me permiten seguir grabando discos, pues será que no soy tan mal arquitecto.

Bueno, son muchos años ya.

Y tampoco son canciones con una complicación muy grande. Alguna tiene un poco más de enjundia en la composición, pero la mayoría de los temas de este disco son «sota, caballo y rey», los tres acordes de todo el folclor mundial, son siempre lo mismo.

¿Cómo dirías que ha cambiado tu forma de componer con el tiempo?

Es algo muy común en todos nosotros, cuanto menos sabes, más te complicas, y cuanto más sabes, más sencillo lo haces, porque vas al grano.

¿Y en cuestión de letras, esa poesía tuya tan particular, como ha evolucionado?

En veinte años ha ido cambiando hasta la voz. Soy el mismo tío y tengo una visión del mundo no muy diferente a la que tenía con veinte años, pero, obviamente, influyen las experiencias y las lecturas o los artistas que escucho, las letras de otros artistas... Vas pillando un poco. No es que copies a otro artista, pero todo te va dejando una huella, por eso cada disco también cambia. Cuando llevar 14, entre el segundo y el duodécimo hay más diferencias que entre el quinto y el sexto.

Además que eres especialmente hiperactivo.

«No voy a parar de hacer canciones porque alguien me imponga un ritmo»No creo que hacer un disco al año sea mucho. Aunque reconozco que para los medios de comunicación resulta un poco pesado, «otra vez el mismo tío». En algún disco te hacen más caso que en otro, pero mi trabajo es hacer discos y canciones, y no voy a parar de hacerlas porque alguien me imponga un ritmo. En los años sesenta era común, Dylan sacaba dos discos al año. Unos calan más que otros, pero como no sabes de antemano cuál, los graba todos, y así vas dejando el mensaje. Es como la carrera de los espermatozoides, no sabes cuál es el que va a llegar.

Hablando de mensaje, ¿cuál es la línea argumental de «Enhorabuena a los cuatro»?

Hablo del fracaso de las relaciones de pareja como causa y efecto del fracaso de nuestra sociedad. Todo el mundo va muy a lo suyo. La ley de la selva tiene cada vez mayor vigencia. El amor, o el sexo, si hay que distinguir ya a estas alturas, tiene mucho de selvático. De eso va un poco el disco.

En alguna entrevista del álbum «Presidente» decías que hasta tú o harías mejor. Desde entonces, la imagen de los políticos no ha hecho sino empeorar.

«Internet es un método de espionaje del Estado hacia sus súbditos»Es un sentir popular que yo me adelanté un poco... aunque bueno, ya estaba en el ambiente. Desde que era un chaval sé que la sociedad, tal y como está organizada, no funciona bien, que esto es imposible. No se trata ya de signo político, sino de que estamos a punto de llegar al Estado fallido, y da un poco de miedo. Por eso cada vez me da más reparo hablar de política, porque tampoco soy un experto, no tengo que dar soluciones globales. Aquello que dije cuando presidente era un poco un boutade , porque desde luego no valdría como presidente de Gobierno, empezaría a tomar medidas impopulares a saco. No quiero decir ninguna, pero no creo que el pueblo estuviera muy contento conmigo en el poder.

Hablas a menudo de las descargas digitales, pero uno de los problemas de que la corrupción venga de arriba, es que desanima a la gente a hacer lo que tiene que hacer. Y en este caso el ejemplo era la SGAE.

Pero va en los dos sentidos también. Si la gente está desanimada y hacen trampa y no declaran el dinero que ganan, o prefieren darle el dinero a una compañía privada que se lo queda todo para ellos, que ya sabemos quiénes son... Porque si por lo menos fuese una empresa de todos, pero se la vendieron a un compañero de clase en su día... Es un poco duro, porque conozco la situación de las discográficas, y sé que cada vez están más apurados y me atrevo a decir que de aquí a no mucho tiempo solo persistirán las más grandes. No se trata de decir que quien se está descargando un disco es un ladrón, es que se está equivocando en su noción social de que internet es una maravilla, que es de todos, que representa la libertad. Esto es un relato falso en esencia, porque además internet es un método de espionaje del Estado hacia sus súbditos. El otro día supe que en Estados Unidos están planeando que wifi sea gratis en todas partes, lo que demuestra que al Estado americano le interesa que todo el mundo esté constantemente vertiendo sus opiniones y creencias en la red, para saberlo todo de cada uno de nosotros. Antes te pinchaban el teléfono, ahora no tienen que pinchar nada, lo estamos poniendo todo nosotros mismos, incluso pagando una cuota.

Es cierto que ahora todo el mundo se le ocurre colgar en la red todo lo que piensa.

Es un error. Yo lo venía notando, pero decía «me da igual que lo sepan». Pero ni siquiera como sociedad nos toleramos opiniones divergentes, ya que inmediatamente te puede caer una somanta de críticas bastante crueles. ¿Qué gana uno poniéndolo todo lo que hace, dónde está, con quién se acuesta? Es el gran hermano.

Pues fuiste pionero, o por lo menos muy activo, en el uso de las redes sociales.

Pensaba que era una manera como de luchar desde dentro, pero es un error, eso del caballo de Troya aquí no vale.