Jorge Pardo: «El exceso de subvenciones no es bueno para la creatividad»

El flautista y saxofonista se ha convertido en el primer español que gana el premio al Mejor Músico de Jazz Europeo

Jorge Pardo: «El exceso de subvenciones no es bueno para la creatividad» efe

susana gaviña

Jorge Pardo (Madrid, 1955) asegura que los premios no le van a cambiar pero «sí suponen una ayuda». El flautista y saxofonista, intérprete de referencia que ha sabido combinar el jazz con el flamenco, hace estas declaraciones días antes de convertirse en el primer ... español que se alza con el premio a Mejor Músico de Jazz Europeo (otorgado por la revista Jazz Magazine), en los galardones que anualmente concede la Académie du Jazz Française, que se han fallado esta noche en una gala celebrada en el Teatro Chatelet de París.

A pardo no le gusta hablar de fusión entre géneros, «algo que ha existido desde que el arte es arte, por definición. Son las influencias de unos artistas en otros las que van creando formas diferentes. No existe la pureza -dice-, ni siquiera la llamada pureza del flamenco, que es más poética o filosófica», señala el artista madrileño en Casa Patas, en cuyo escenario ha actuado en numerosas ocasiones.

Enemigo de las etiquetas, asume, sin embargo, haberse convertido en el abanderado de este género que combina el jazz y el flamenco, pero no renuncia a que su música se nutra de otras influencias. «En ella está presente Bach, Jimi Hendrix, Led Zeppelin o la música brasileira, africana...»

-Este galardón, aunque se refiera al Mejor intérprete de Jazz Europeo, también supone un reconocimiento al flamenco...

-Sí, me gusta ese concepto. Aunque es un premio de jazz es como si se lo dieran al flamenco. De hecho, este premio no solo me corresponde a mí sino a un puñado de músicos de mi generación y anteriores que han apostado por una música basada en el flamenco pero con la dimensión y la riqueza de la improvisación y la instrumentación. Otro de los aspectos que me gustan de este galardón es que me lo dan siendo un artista muy independiente que trabaja muy en la sombra. No estoy condicionado por una compañía de discos. He presumido siempre de hacer lo que me ha dado la gana. No siento ninguna presión social.

-La independencia también es buena en tiempos de crisis, porque afecta menos

-Totalmente. Yo he vivido en crisis durante toda mi vída (se ríe). Lo digo en un sentido coloquial porque lo que he vivido es sobreabundancia, no exactamente de dinero, pero sí de proyectos, de conocer gente, de aprender, de tocar con grandes artistas muy conocidos o otros super desconocidos.

-Entre los músicos con los que se ha encontrado y a colaborado a lo largo de sus trayectoria se encuentran, entre otros, Paco de Lucia, Camarón de la Isla o Chick Corea, con el que realiza giras desde hace más de un lustro. ¿Quién le ha influido más?

-Me han influido todos aquellos con los que he trabajado. A los que ha mencionado yo añadiría Carles Benavent, Tino Di Geraldo, Rubén Dantas, Duquende, Joaquín Grilo, Raimundo, Tomate..., y un montón de las nuevas generaciones de jazz, que lo tienen muy difícil para encontrar un contrato. La lista es interminable. También a través de mi viajes en Kenia, Uganda, Senegal... Allí te das cuenta de que en Occidente nos miramos mucho el ombligo y tachamos de genios a Elvis Presley y Frank Sinatra, y hay «Frank Sinatras» y «Elvis Presleys» por todos lados.

-Parece que le gusta ser el primero en todo. Esta noche podria convertirse en el primer español en recibir este premio, y ya hace unos años fue el primero en colgar en streaming el primer álbum de flamenco, «Vientos flamencos»...

-He sido el primero en muchas pequeñas cosas. Internet me parece un medio muy interesante para los artistas...

-En especial para los independientes...

-Sí, sobre todo si no te enrolas en las filas de una gran compañía. Internet es la manera de comunicarte con el mundo, que éste pueda acceder a tu música... Al menos existes. Tienes ese canal. Cuando empezó a destaparse esta opción de manera tan brutal nos dimos cuenta que tampoco era necesario enlatar ya la música en un disco, con sus limitaciones de metraje, de tiempo, de formas, de condiciones... Se podían hacer dos temas o 18. Me pareció fantástico poder colgar un tema o dos.

-En su último disco, «Huellas», no ha repetido la fórmula...

-Como llevaba tiempo publicando temas sueltos pensé que era hora de hacer una obra más extensa y me salieron dieciocho temas. Es el primer disco en el que todas las composiciones son mías, pues en los anteriores incluía algunas versiones. Y todas ellas están relacionadas unas con otras.

-¿Significa que, a nivel creativo, está recogiendo todo lo que ha ido sembrando durante estos años?

-Siempre he pensado que soy un artista de maduración lenta. He tardado mucho tiempo en recoger información y en madurarla. Ahora, más recientemente es cuando están cuadrando todas las influencias que he tenido en mi trayectoria.

Pardo se lamenta de que mientras en otros países se valora el talento propio, en España lo que prevalece es «la cultura del triunfador más que de reconocer quién hace bien las cosas, con fundamento»

-¿No se considera reconocido en nuestro país?

-El público en España es estupendo pero a nivel gubernamental y empresarial su aportación es nula. Y en cuanto a los medios, interesa más una mala crítica en la primera página, que una buena crítica que va en la página 63, que es lo que me ha pasado a mí siempre.

-¿Qué opina de la política cultural del Gobierno?

-La Cultura siempre parece la parte más pobre de todos los gobiernos, sin embargo, es a lo primero que se alude cuando uno quiere hacerse la foto y sale fuera. Siempre es la tortilla española, el jamón ibérico, el flamenco o el artista de moda. También creo que un exceso de apoyo gubernamental en la cultura no es muy recomendable para la creatividad. El exceso de subvenciones, y el acomodo de ciertos artistas al sistema no trae nada bueno. Sin embargo, en los rincones de muchas ciudades hay gente trabajando sin demasiado relumbrón y seguro que de aquí a 20 años hablaremos de ellos, aunque a veces no sucede hasta después de muerto. Yo presumo de haber trabajado con Camarón. La fiebre por él se desató después de su muerte. Hasta muy poquito antes de morir era muy criticado incluso por sus propios congéneres. No fue reconocido a nivel global hasta que cayó enfermo. Se fue y se convirtió en el bombazo, en un icono.

En cuanto a la enseñanza reglada del flamenco, Pardo considera «intolerable» que en Madrid no exista una cátedra, «mientras en Estados Unidos, Holanda y Japón hay cátedra de guitarra flamenca y aquí solo dos. Esto significa que a mi nieto le enseñará flamenco un japonés en el conservatorio de mi ciudad. Creo que hay que alertar sobre esto en los conservatorios, que se han convertido en cárceles musicales, para que dejen entrar al arte que se hace en la calle».

-¿Cuál es su próximo proyecto?

-Edito próximamente con Karonte un disco con unas sesiones que hice en Lima con gente del folclore peruano. Y para este verano tenemos una edición especial de «Huellas» que la vamos a llamar XL porque vamos a hacer una pequeña gira que partirá del Festival Etnosur y pasará por varios países de Europa y Estados Unidos. En ella participará una Big Band, dirigida por David Pastor, con 30 músicos en escena, con arreglos de Vince Mendoza, Diego Guerrero y con unos cuantos invitados, como Dave Samuels, Josemi Carmona...

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