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Wagner y Verdi desatan la pasión en Alemania y en Italia

Con motivo de celebrarse en 2013 el bicentenario del nacimiento de los dos compositores, ambos países han organizado numerosos actos que incluyen conciertos, exposiciones y ciclos de cine

Wagner y Verdi desatan la pasión en Alemania y en Italia

o. garcía prada/a. gómez fuentes

Leipzig y Bayreuth. Estos dos nombres, que aluden a la ciudad natal y al lugar donde se consumaron los sueños artísticos de Richard Wagner, sin olvidar Venecia, ciudad donde el 13 de febrero murió hace 130 años, delimitan el ciclo vital de su ajetreada vida errante y lógicamente también el inabarcable espectro de actos conmemorativos del bicentenario del nacimiento en Alemania, país a punto de rendirse ante la fiebre y fervor wagnerianos.

El programa conmemorativo es apabullante: un centenar de conciertos musicales, representaciones dramáticas y operísticas, exposiciones, simposios y conferencias, presentaciones de nuevas obras biográficas y monográficas, más todo un cúmulo de actos complementarios de diversa índole, incluido un concurso de cortometrajes, jalonan en ambas ciudades el Año Wagner. Leipzig y Bayreuth aunaron esfuerzos y medios para organizar en cooperación un programa de actos, principalmente musicales. Entre ellos, la interpretación de las tres óperas primerizas, excluidas del «canon bayreuthiano» («Las hadas», ésta solo en versión de concierto, «La prohibición de amar» y «Rienzi»), un variado programa didáctico infantil y juvenil, así como una version de «El Anillo» reducido a 4 horas.

Los actos en Bayreuth arrancarán el 22 de mayo con el concierto conmemorativo del natalicio, dirigido por Christian Thielemann ; en julio, esas obras no «canónicas», interpretadas fuera del Festival en el Oberfrankenhalle . El plato fuerte será lógicamente la nueva producción de la tetralogía de «El anillo del nibelungo» , dirigido por la batuta en alza de Kirill Petrenko , y cuya escenificación se promete polémica, pues tras varios rebotes decidió asumirla en el último minuto Frank Castorf , actualmente el corifeo más controvertido del teatro alemán.

Obras poco conocidas

Reputadas orquestas, directores e intérpretes desfilarán para presentar en la ciudad emblemática del wagnerianismo piezas musicales menos conocidas de Wagner (como su único oratorio, «El ágape apostólico»/Das Liebesmahl der Apostel ) y obras de compositores contemporáneos suyos, que en algún sentido escribieron obras afines o relacionadas con él, por ejemplo, Meyerbeer, que tanto le influyó, o Verdi, cuya admiración por Wagner no era correspondida en la misma medida. Verdi y Wagner, dos bicentenarios confrontados en representaciones, conferencias y opiniones para todos los gustos.

Leipzig se ha volcado literalmente en los fastos del bicentenario. El año wagneriano comenzó de facto ya el 1 de noviembre pasado, al cumplirse 150 años del estreno mundial del preludio de «Los maestros cantores de Nuremberg», seis antes del estreno muniqués de la ópera, en el marco de un concierto dirigido allí por el propio Wagner. Esta obra, más «Parsifal», «El Anillo» y las tres óperas primerizas aglutinan buena parte de los actos. También el fragmento operístico «La boda» (Die Hochzeit), compuesto en 1832-33.

Leipzig aborda igualmente el tema Wagner en el cine. Desde la película de cine mudo (de Oskar Messter en 1913), pasando por las de dibujos animados y documentales, como el grandioso «Stephen Fry on Wagner», Wagner sigue presente en las bandas sonoras, sin olvidar ciertas facetas de su personalidad. Por ejemplo, el tratado por su bisnieta Katharina en el documental «Wagner y sus mujeres», un aspecto nada desdeñable (y caótico) en la variopinta vida infiel del compositor.

El cine, el arte y las mujeres

Una exposición documenta su vida en Leipzig desde 1813 a 1834, el año de «la Revolución de Julio» , que alumbró con impronta duradera su conciencia social y política. Otra exposición, titulada «Mito Wagner» , con estaciones en Leipzig Bayreuth y Venecia, muestra la presencia de Wagner en las artes plásticas hacia 1900 y en el arte alemán actual, en base a la obra de Mariano Fortuny, artista español hechizado por la obra wagneriana, Markus Lüpertz, Anselm Kiefer y Jonathan Meese, etc. Otras abordan su antisemitismo o la instrumentalización nacionalista y nazi de su obra y figura.

Nuremberg se enorgullece de ser la única ciudad alemana en tener su nombre titulando una ópera wagneriana. Un programa de conciertos, representaciones operísticas y exposiciones evoca la efeméride.

Múnich, por su parte, inicia el año reponiendo la nueva producción de la tetralogía de Andreas Kriegenburg. A este respecto, se exponen en el Nationaltheater fotografías de este «Anillo» muniqués, realizadas por el artista estadounidense Spencer Tunick, que en julio del año pasado hizo posar desnudas a 1.700 personas en el centro de la capital bávara. En Berlín ambas Óperas (Staatsoper y Deutsche Oper) representan sus respectivos «Anillos» y diversas exposiciones evocan las corrientes reverenciales o detractoras motivadas por la figura y obra de Wagner.

La Scala de Milán se vuelca en Verdi

Italia va a vivir una de las temporadas de ópera más ricas de su historia. Celebrará así el bicentenario del nacimiento de Giuseppe Verdi (Le Roncole, Parma, 10 octubre 1813-Milán, 27 enero 1901), uno de los más celebres compositores italianos de todos los tiempos.

En la Scala de Milán , desde el 15 de enero, se representará una de las obras maestras de Verdi, «Falstaff», su última ópera, estrenada precisamente en Milán cuando el maestro tenía 80 años, dando prueba de vitalidad artística y de espíritu abierto a la modernidad, ejercitando un influjo en otros compositores como Puccini.

«Falstaff» será dirigida por el británico Daniel Harding, cosa que no entusiasma a los apóstoles de la música de Verdi, por entender que sólo los connacionales saben dirigir como se debe sus obras maestras. El director de escena será Robert Carsen , con dos barítonos , Bryn Terfel y Ambrogio Maestri , que se turnarán en el papel de Falstaff, en cuya interpretación siempre han sido muy elogiados.

El 1 de febrero le tocará el turno a «Nabucco», la ópera que marcó la fulgurante carrera de Verdi. Será dirigida por Nicola Luisotti , y en el papel de Nabucco se alternarán Ambrogio Maestri y otro barítono italiano, Leo Nucci. Desde el 28 de marzo será representada la décima ópera de Verdi, «Macbeth», dirigida por el ruso Valery Gergiev , considerada la obra maestra de la etapa más joven del genio italiano.

A partir del 9 de julio, hasta el 25, se representará otra obra de éxito de Verdi en su madurez, «Un ballo in maschera», dirigida por el joven italiano Daniele Rustioni. Siempre en la Scala, desde el 12 al 29 de octubre, Fabio Lusi dirigirá «Don Carlo» , considerada como una de las grandes obras verdianas, con René Pape en el papel de Felipe II, y Fabio Sartori como Don Carlo, infante de España. Por último, la Scala cierra el ciclo sobre el bicentenario de Verdi con «Aida», dirigida por Gianandrea Noseda , la ópera que marca el periodo de su máxima madurez artística y humana, estrenada en El Cairo, en la víspera de Navidad de 1871.

Uno de los más grandes especialistas de Verdi, Riccardo Muti , dirigirá desde el 6 de marzo en el Teatro de la Ópera de Roma «I due Foscari», con Werner Herzog como director de escena. Muti dirigirá también «Nabucodonosor» a partir del 16 de julio, también en Roma.

En Florencia, en su célebre Mayo musical, la parte del león le corresponderá al maestro Zubin Mehta, que dirigirá «Don Carlo» desde el día 2. Su arte se podrá apreciar también en la «Valquiria» de Wagner.

«Macbeth» será también la ópera elegida para homenajear a Verdi en el Teatro Municipal de Bolonia, desde el 5 de febrero, y en el Carlo Felice de Génova, desde el 19 de enero.

Comisión especial

Entre las muchas iniciativas dedicadas a Verdi, para cuyo centenario se ha creado una comisión especial que cuenta con una financiación estatal de seis millones y medio de euros , cabe recordar: en el teatro Petruzzelli de Bari, un «Otello», un «Rigoleto» y un «Falstaff»; en otro teatro célebre como el San Carlo de Nápoles se representará «Rigoletto», desde el 17 de mayo; en el Regio de Turín, la «Traviata» y «Don Carlo», desde el 5 de marzo y desde el 10 de abril, respectivamente; igualmente, la «Traviata» se representará en otro famoso teatro, la Fenice de Venecia. A final de julio será la apoteosis en Cortona, con 200 niños haciendo de figurantes para «Aida». Finalmente, en el teatro Massimo de Palermo se representará «Nabucco» desde el 22 de marzo.

Este teatro le dedicará todo un ciclo a Richard Wagner , porque allí vivió un tiempo el maestro alemán, fascinado por el clima de la ciudad. Wagner será también protagonista en la programación de los principales teatros italianos. Este país se dividirá así entre los dos gigantes de la ópera, como ocurrió el pasado 7 de diciembre, a raíz del estreno de la temporada 2012-2013, en la Scala de Milán. Para la inauguración, la ópera elegida fue «Lohengrin», de Wagner, dirigida por Daniel Barenboim, entre el entusiasmo de los seguidores de la música del maestro alemán y el disgusto de los apasionados de Verdi, que hubieran preferido un estreno verdiano.

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