Muere Juan Muñoz, autor de 'El pirata garrapata' y 'Fray Perico y su borrico', a los 93 años

Nacido en Madrid el 13 de mayo de 1929, Muñoz estudió Filología Francesa en la Universidad Complutense. Muy pronto sintió la vocación de la educación y comenzó a ejercerla como profesor de Lengua y Literatura en un centro escolar. Posteriormente, fundó varias escuelas junto a dos de sus hermanos, pero el gusanillo de la literatura infantil ya le había picado. En 1966 obtuvo el premio Doncel por su cuento ‘Las tres piedras’. El autor solía reconocer que aquello supuso un punto de inflexión en su carrera como escritor.

Cuando todavía impartía clases, un inspector le regaló el libro de ‘Las florecillas de San Francisco’. De corazón sensible y bondadoso, Muñoz quedó obnubilado por la figura de Fray Junípero Serra y así comenzó a germinar uno de sus mayores éxitos, ‘Fray Perico y su borrico’. Con esta sencilla historia de la llegada de fray Perico y su borrico Calcetín a un convento cerca de Salamanca y las disparatadas vivencias que trastornan la apacible existencia de los frailes, Muñoz se alzó con el premio Barco de Vapor de la editorial SM en 1980. Estas aventuras, el ojito derecho literario de su autor, han vendido más de un millón y medio de libros y el título se utiliza en Japón para enseñar el castellano en las aulas.

Apenas dos años después, veía la luz en la misma editorial otro de sus libros más importantes, ‘El pirata Garrapata’. Casi 40 años más tarde, en 2021, Muñoz publicaba también con SM ‘El pirata Garrapata en Marte’, las nuevas aventuras del orondo bucanero y las últimas que ha visto en las librerías el escritor. Ese mismo año era distinguido por el Consejo de Ministros con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. En 1992 también consiguió el I premio Complutense Cervantes chico de Literatura Infantil y Juvenil como el autor más leído por los niños.

Pero, siempre modesto y discreto, a Juan Muñoz lo que más le gustaba en el mundo era el encuentro con sus seguidores. Por eso acudía con las ganas y la ilusión intactas a cuantos colegios o encuentros literarios se lo pedían. Y la cita del año que más ilusión le hacía era la de la Feria del Libro de Madrid. Con ella cumplió religiosamente hasta que la pandemia se cruzó en nuestras vidas. Al principio se llevó un buen disgusto, pero enseguida encontró la manera de mantener viva esa conexión tan especial con sus lectores: las redes sociales. El éxito fue inmediato y, ya nonagenario, el autor se convirtió en todo un ‘influencer’. A través de sus cuentas de Instagram y Twitter recibía grandes muestras de cariño de padres, hijos y docentes. Él correspondía con mensajes entrañables y tiernos vídeos en los que, garfio en mano, leía pasajes de ‘El pirata Garrapata’.

Muñoz no podía disimular la felicidad que le producían esos encuentros con sus lectores, ya fueran virtuales o reales, del pasado o del presente. No es casualidad que haya sido una instantánea que capta ese preciso y tierno momento la que ha escogido su familia para despedirse en las redes. «Lo imaginario siempre tiene cabida y nos hará soñar», decía el escritor a ABC. No lo olvidaremos.