Miguel de Unamuno, un detective de novela en el centenario de su destierro
Luis García Jambrina publica 'El primer caso de Unamuno', en la que convierte al escritor en investigador privado
La publicación coincide con el centenario del destierro del pensador a Fuerteventura por la dictadura de Primo de Rivera
El destierro de Unamuno en Fuerteventura, una aventura quijotesca

El 20 de febrero de 1924, el gobernador civil de Salamanca comunicó a Miguel de Unamuno la orden de destierro, tras publicar este una serie de escritos en contra del rey y del directorio militar de Primo de Rivera. El día 21, se despedía ... de sus alumnos con aquella frase para la historia –«Para el próximo día, la lección siguiente»-, antes de salir para Madrid, Sevilla y Cádiz, camino de Fuerteventura, donde llegó el 12 de marzo con un mínimo equipaje en el que llevaba un ejemplar del Nuevo Testamento, los Cantos de Leopardi y la 'Divina Comedia'.
El centenario del destierro coindice con la llegada a las librerías de la nueva novela de Luis García Jambrina, 'El primer caso de Unamuno' (Alfaguara), en la que ejerce de detective.
—¿Cómo surgió la idea de convertir a Unamuno en investigador privado?
—Pues ocurrió de una manera espontánea y, a la vez, como resultado de un largo proceso. He necesitado escribir antes once novelas y llevar a cabo diversos trabajos sobre su vida y su obra para poder hacerlo. Y la verdad es que la idea de un Unamuno detective puede chocar al principio, pero enseguida la vemos como algo natural y verosímil, muy acorde con su trayectoria y su carácter.
—En esta novela, Unamuno investiga, junto a un joven abogado, el asesinato de un cacique local, un suceso inspirado en hechos reales.
—En dos hechos reales, sí. Por un lado, en 1905, el pueblo de Boada quiso emigrar en bloque a Argentina y eso dio lugar a un gran revuelo mediático en el que participó el propio Unamuno. Por otro, en Matilla de los Caños, todos los vecinos mataron al capataz del propietario de las tierras. Yo fundí esos dos hechos en uno y de ahí nació el caso que investiga Unamuno.
—En la novela le vemos realizar pesquisas, interrogar, recoger pruebas y, sobre todo, enfrentarse a los poderosos como un auténtico 'detective andante'.
—Efectivamente, así lo definen sus alumnos en la novela: un cruce entre detective y caballero andante alguien que tiene que lanzarse a la aventura de investigar unos crímenes en un contexto social muy complicado, el de la España agraria y desahuciada; de desfacer entuertos, como hacía don Quijote, el personaje literario con el que Unamuno más se identificaba.
—En algún momento corre incluso peligro, y recibe amenazas que tratan de apartarlo de la investigación.
—Unamuno siempre se distinguió por buscar y decir la verdad, pasara lo que pasara; «primero la verdad que la paz», solía decir. De ahí que fuera destituido varias veces de su cargo de rector, desterrado durante la dictadura de Primo de Rivera y probablemente asesinado en la Guerra Civil, como desvelamos Manuel Menchón y yo en La doble muerte de Unamuno.
—También se enfrenta a los peligros de la pasión amorosa, cuando se enamora de Teresa, una anarquista catalana.
—Se trata de una mujer muy ambigua y enigmática, de mucho carácter y una gran belleza, de la que Unamuno se enamora sin poder evitarlo. Está inspirada en un personaje de uno de sus libros, Teresa (1924), y en una persona real a la que yo conocí. Al final, le dará a don Miguel una importante lección de vida.
—El que la novela se titule 'El primer caso de Unamuno' -no desvelamos el final, pero consigue resolver el caso- hace pensar en la continuidad de la serie.
—Mi proyecto es escribir una serie de novelas en las que Unamuno vaya investigando crímenes que tengan que ver con las circunstancias históricas y sociales de su tiempo y sus propias vivencias personales para que así podamos ver cómo evoluciona el personaje y también la España de la época. De modo que sí, habrá más casos de Unamuno detective.
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