El peor verano de...
Luis Ybarra, la maleta y el gorrilla
El periodista Luis Ybarra se estrena este septiembre como director de la Bienal de Flamenco de Sevilla para la que ha programado setenta espectáculos
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Iniciar sesiónHay maneras y maneras de quedarse sin equipaje en unas vacaciones. Algunas nos sirven para dar un toque épico a nuestra vida: me robaron, me perdieron la maleta en el aeropuerto… Otras, no tanto. «Soy bastante despistado, como esta anécdota prueba», admite de entrada Luis ... Ybarra, quien se estrena como director de la Bienal de Flamenco de Sevilla en la edición que empieza el próximo 11 de septiembre.
El de 2022 no fue su peor verano, pero sí que le dejó una anécdota fastidiosa que le debe haber servido para amenizar más de una sobremesa. Volvía de estar una semana en Formentera, con unos amigos: «Estuvimos en un barco, un viaje precioso, no nos vamos a quejar», aunque durante la travesía ya tuvo algún que otro susto: «Fui perdiendo un montón de cosas por el barco, la ropa tendida se volaba y caía al mar y al volver a pisar la isla tuve mal de tierra, me mareaba al andar en terreno firme». En realidad, nada especialmente memorable si no hubiera sido por la aventura de la maleta. Ay, la maleta.
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Las vacaciones se terminaron y tocó volver a casa. Al día siguiente, recordó que dentro de la maleta había dejado «un bañador que a lo mejor estaba un poco húmedo», así que fue a sacarlo de la valija. «Me puse a buscar la maleta por casa y no aparecía por ningún lado». Como no aparecía, empezó «a mirar por el patio, por la calle, incluso a llamar por si me la había dejado en el taxi...», pero la maleta no estaba.
Activando una hasta entonces desconocida faceta de sabueso, logró «acceder a unas cámaras de seguridad cercanas a mi casa, y ahí sí que se veía». Llegó con él hasta la misma puerta de su domicilio: «Dejé la maleta a un metro y medio del portal mientras abría la puerta. Entré y ahí se quedó. Y yo, sin bañadores, sin camisas, sin los regalos que había comprado... Sin una ropa a la que yo le tenía mucho cariño, muy limpita, muy tal», cuenta.
Lo más divertido vino después: «Un mes más tarde, en septiembre, mi madre me dijo que había estado a punto de saludar a un hombre que iba vestido igual que yo». En el último momento vio que no era su hijo, sino uno de los gorrillas que te avisan de la existencia de una plaza libre para aparcar el coche a cambio de una propina. A los pocos días, José Luis Sanz, entonces candidato a la Alcaldía de Sevilla, colgó una foto en sus redes, «porque se había caído una rama de un árbol en mi barrio, y estaba el hombre ahí en primera fila, mirando al árbol, vestido con mi ropa, con unas bermudas y un polo muy extraño que era claramente mío, así que el gorrilla tiene buen gusto».
Nostalgia e ilusión
Pasados dos años y repuesto el armario, este 2024 debe de estar pasando el verano más largo de su vida, a las puertas de la primera edición de la Bienal de Flamenco que dirige: «Me sobra un poco este periodo vacacional». Lo que son las cosas, «cuando era niño, el último día de colegio antes de las vacaciones de verano era el mejor día del año», y las últimas semanas antes de la vuelta al cole le sirvieron para «descubrir la nostalgia». Ella se presentaba, puntual, en cuanto empezaban los anuncios de la televisión «que detestaba y sigo detestando. Y mira que yo disfrutaba del colegio, pero tenía esa nostalgia». Ahora, le pasa al contrario: no ve el día de empezar la Bienal.
Ha programado setenta espectáculos, «de los cuales cuarenta y siete son nuevas producciones, en diez espacios escénicos diferentes». Una locura de la que participan nombres como José de la Tomasa; Ricardo Miño, Inés Bacán y Macanita; Rafael Riqueni y Alejandro Hurtado; Dorantes haciendo un homenaje a Scarlatti con piano y clavicémbalo; Israel Galván bailando la 'Carmen' de Bizet. A Ybarra se le nota el entusiasmo en una enumeración vertiginosa que casi incluye el cartel completo. Para esta primera edición, se ha permitido una licencia muy personal: «Mi primer espectáculo fue el de Miguel Poveda en 2010». Poveda vuelve a la Bienal este año por primera vez desde entonces.
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