Suscríbete a
ABC Cultural

Lleida y Sandokán, el policía y su confidente de la kale borroka que se jugaron la vida juntos para acabar con ETA

Casos con alma

Partieron de las antípodas y llegaron a forjar una amistad indestructible. La lucha contra la banda obró el milagro

El comisario jubilado Pamies, en Zaragoza en una imagen de archivo Fabián Simón
Pablo Muñoz

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Que uno sea un policía que se dedica a la lucha antiterrorista y el otro un activista de la kale borroka en el País Vasco no suele ser el principio de una gran amistad. Sin embargo, Enrique Pamies, comisario de Policía ya jubilado, y ... Sandokán –llamémosle así, para proteger su pellejo incluso hoy, que ETA no existe–, demostraron que de un objetivo común, como era acabar con la banda, y de una lealtad a prueba de bombas –nunca mejor dicho–, podían surgir unos lazos indestructibles. Porque pocas cosas unen más que poner tu vida en manos de otra persona, y que ésta haga lo mismo contigo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia