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Sinde: «Tengo borrachera de Matute»

El mundo de la política (excepto la catalana), de la cultura, su familia y sus amigos celebran junto a la escritora el Premio Cervantes

Sinde: «Tengo borrachera de Matute» EFE

SUSANA GAVIÑA

«Por fin... Lo estamos celebrando todos», afirmaba con gran satisfacción la escritora Soledad Puértolas pocos minutos después de que Ana María Matute recibiera de manos de Don Juan Carlos el premio Cervantes. Ese galardón añorado pero nunca «reclamado» por la escritora catalana que hoy ha estado sobre todo rodeada de amigos —las autoridades del gobierno catalán no acudieron—, que celebraban como propio este premio. «Ha sido un acto tranquilo pero con mucha intensidad», explicaba Puértolas, durante la copa de vino que tradicionalmente se ofrece tras el acto en el patio de los Filósofos.

«Secuestradada» por Balcells

Ana María Moix desgranaba también algunos recuerdos apuntados ya por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, durante su discurso. Y le sumaba otros, cmo el «secuestro» al que Matute se vio sometida por su editora Carmen Balcells para acabar uno de sus libros más importantes, «Olvidado rey Gudú». «Balcells la dijo que cogiera una muda y un cepillo de dientes y se la llevó a su casa. Allí la puso una secretaria para ayudarla a concluir el libro». Un volumen que Matue se negaba a terminar (tardó veinte años), «porque pensaba que cuando lo editara moriría y sin embargo revivió», recuerda Moix. «Excepto Ana María, todos nos hacemos mayores», bromeó.

Matute, más tranquila y con una copa de vino tinto en una mano y la medalla del Cervantes en la otra, contestaba a las preguntas de los periodistas, mientras la gente la felicitaba por su discurso —del que la Reina le ha pedido una copia—. Ese discurso que tanto temía y que ha paralizado «gloriosamente» su nueva novela. Un texto que ha versado «de mi trayectoria personal, en la que mi vida literaria y mi vida personal van juntas, no se pueden separar». Pero también sobre la invención, el gran ingrediente de su existencia. «La única verdad es todo lo que he inventado en la vida». Entre los momentos de ese discurso que la escritora rescató de una manera especial se refirió a la «libretita», aquella en la que presentó a una editorial su primer manuscrito. Entonces tenía solo 17 años.

Literatura fantástica

Otra persona a la que le ha quitado el sueño el discurso del Cevantes ha sido a la ministra de Cultura, que tras concluirlo, anoche, en el umbral del nuevo día, decidió leer uno de los cuentos de Matute, «y comprobé entonces que mi texto no expresaba ni la mitad de lo que es Ana María Matute como escritora. No he pegado ojo», confesaba Sinde, que estos días se ha empapado de la literatura del nuevo premio Cervantes. «Estoy borracha de Matute», aseguraba. Incluso ha leído algunos de sus cuentos fantásticos, «un género que no me gustan mucho», reconoció la ministra en un día «festivo» en el que las polémicas,como el canon o la piratería, habían quedado aparcadas en su despacho de Madrid. «Hoy están aquí todos los escritores, los digitales y los analógicos», bromeó

Satisfecha al haber podido entregar el Cervantes a una mujer (en 35 años solo se le ha concedido el premio a tres), vaticinaba, no sin cierta ironía, que «el año próximo el Cervantes será para otra mujer, habrá una mujer ministra y... el Gobierno será socialista». Y decía Sinde que no le gustaba la literatura fantástica.

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