Javier Reverte: «África es algo muy vicioso, como una pasión amorosa»
El escritor y periodista Javier Reverte cierra su trilogía africana con un libro «cálido, más de camino que de historia», en el que transita por Sudán, Etiopía y Egipto
MADRID. Javier Reverte no creía que aquel primer viaje a África, en 1992, le iba a llevar a escribir una trilogía sobre el continente negro, que ahora concluye con «Los caminos perdidos de África» (Areté), un libro con el que el escritor y periodista se ... quita «la espinita» que tenía clavada. «Me quedó un venenillo por África después de «El sueño de África» y «Vagabundo en África» y, aunque no pensaba volver, África me atrajo de nuevo, es algo muy vicioso, como una pasión amorosa», explicó Reverte durante la presentación, informa Otr.
El autor de «Corazón de Ulises», «Dios, el diablo y la aventura» o «Todos los sueños del mundo», regresa a países desconocidos como Etiopía y Sudán, deteniéndose también, pero con menos profundidad, en Egipto, por ser una tierra de la que se ha hablado mucho. «Etiopía y Sudán son países muy cerrados, durante muchos siglos, por la burocracia. Y en esos dos países, ignorados y perdidos en el tiempo, hallé un hilo conductor», afirmó Reverte, para quien «Los caminos perdidos de África» es «un libro cálido, de camino, no de historia».
Se considera un viajero «horrible», porque siempre se pierde y todo le sale al revés. Contó cómo Etiopía ha estado «encerrada en sí misma casi 21 siglos». «Este «islote cristiano ortodoxo» tiene su lengua propia y es un país un poco perdido». De Sudán precisó sus dos zonas diferenciadas: el «sur negro» que es un país cristiano, «de esclavos y selva»; y el norte, de «desiertos», y cómo viven en guerra civil desde hace años. El final del libro está dedicado a Egipto. «No hablo de faraones», bromeó Reverte. El escritor madrileño, para quien su último libro contiene «todos elementos que enriquecen los libros de viajes: aventura, riesgo, emoción, cultura y vida», también señaló que es su obra más cargada de humor. «Me río de mí mismo», reconoció a la vez que señalaba no ser «un viajero «Camel Trophy» sino más bien un metepatas, como cualquiera».
Pero si Reverte tuviese que quedarse con un país de África ese sería Tanzania, «por su gente simpática» y por ser «un país tranquilo para los extranjeros». «África interesa cada vez más por dos motivos: un interés romántico, porque África es igual a aventura. Y porque allí está la potencia del futuro, la esperanza y el fracaso de la humanidad», concluyó.
Ver comentarios