Francisco Brines: un clásico de la modernidad
El premio Cervantes viene a reconocer la riqueza y moralidad de su escritura, su singular sentimiento del tiempo y el lirismo de su creación
Jaime Siles
La poesía de Francisco Brines , breve pero no tanto como la de Jaime Gil de Biedma , compañero suyo de generación, participa del mismo concepto de rigor que la de éste: como él, como Calímaco y como Catulo, detesta tanto el méga Biblion – ... el libro voluminoso- como el carmen perpetuum (el poema sin fin). De ahí que en "Las Brasas", premio Adonais 1959, publicado en 1960, hace ahora sesenta años, optara por una forma de dicción próxima al epigrama, a la que nunca renunciará, y que, en "Palabras a la oscuridad" (1965), siguiera la longitud y tematización propias de la elegía.
[Francisco Brines gana el premio Cervantes 2020]
Porque Brines es, sobre todo, un poeta elegíaco para quien la materia poética es -y así lo ha reconocido- el tiempo y él. Como tal su escritura poética -que es de una clasicidad moderna- se abre a dos grandes vertientes como son la satírica -que, en su caso, es, sobre todo, de índole moral- y la metafísica de cuño y raíz existencialista y que tiene como eje la contingencia del ser humano y la conciencia de su finitud.
La primera está muy bien representada en libros suyos como "Aún no" (1971) e "Insistencias en Luzbel" (1977); la segunda, en "Palabras a la oscuridad" (1966), en la que me sigue pareciendo la mejor de sus obras, "El otoño de las rosas (1987)", premio Nacional de Poesía de ese mismo año, y en el que sigue siendo su último libro de poemas publicado hasta hoy, "La última costa" (1995).
[Un poema inédito de Francisco Brines]
Buen conocedor del fútbol -solía firmar sus artículos sobre este deporte, confesándose “valencianista”- y excelente crítico taurino , autor de uno de los mejores poemas dedicados al tema en la segunda mitad del siglo XX, “Relato superviviente (Feria de julio en Valencia)”, Brines es también un notable ensayista , como demostró en "Escritos sobre poesía española (de Pedro Salinas a Carlos Bousoño" (1995) y su escrito “La certidumbre de la poesía” (1984), que constituye un texto ejemplar porque en él desgrana, desmenuza y explica su poética como su maestro Luis Cernuda -a quien dedicó su discurso de ingreso en la Real Academia Española, “Unidad y cercanía personal en la poesía de Luis Cernuda”- hizo en "Historial de un libro".
Brines ha sido y es un clásico viviente , como lo definió Carlos Barral y como lo ha demostrado en toda la evolución de su escritura. Poeta mediterráneo, poeta elegíaco, poeta satírico, poeta metafísico y moral, su obra es de una profunda coherencia, sustentada en un sólido sistema de pensamiento y de dicción. El premio Cervantes viene a reconocer la riqueza y moralidad de su escritura, su singular sentimiento del tiempo y el lirismo de su creación.
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