El escritor Martin Amis agradece a ETA el asesinato de Carrero Blanco
Martin Amis viene a España a menudo. La semana pasada terminó de escribir su última novela, «La viuda embarazada» -dijo el título en castellano-. Leyó alguna página de esta obra aún inédita en el Teatro Isabel La Católica. «Está centrada en Italia, en la revolución ... sexual de los años 70; un grupo de jóvenes en un castillo italiano». Empezó la novela hace seis años, nutrida de datos autobiográficos que han desaparecido de la obra finalmente.
La madre de Amis vivió en Ronda en la época de Franco; ahora dos hermanos también residen en la ciudad malagueña. Se siente cómodo en España, su mujer habla perfectamente el castellano, pero él pidió disculpas por no hacerlo cuando se presentó ante los periodistas. «Aunque no hay que agradecerle muchas cosas a ETA, hay que agradecerle que asesinara al hombre que iba a sustituir a Franco», Amis dixit en la rueda de prensa. Habló de multiculturalismo, de su años como periodista y de la posición de la mujer en el Islam. «El Corán dice que es inferior al hombre». Denunciaba prácticas como la ablación del clítoris o el casamiento prematuro de niñas con nueve años en Irán. «Me asombra la capacidad de convocatoria que tiene este festival», señalaba.
Shakespeare y el Islam
Pasó la lluvia, hizo viento y el sol regresó. Jerry Brottom hablaba por la mañana en el Carmen de los Márites de la influencia islámica en la obra de Shakespeare. Con una larga introducción histórica, remontándose a las relaciones entre protestantes y el imperio otomano, aliados contra la España de Carlos V, acabó reinterpretando en esta clave de antiguas influencias religiosas algunos versos de «Otelo», el drama del genio inglés.
David Trueba estuvo por la tarde para hablar de «Tirano Banderas», pero antes tuvimos una gala de poesía donde autores españoles y extranjeros declamarían versos en el vestíbulo principal del teatro Isabel La Católica; a cinco minutos del comienzo, casi vacío. «En Colombia sucede justo lo contrario», me decía Darío Jaramillo, poeta y antiguo colaborador de «El Semanal». También Maruja Torres, con el premio Nadal bajo el brazo, estuvo en esta última jornada. El día anterior hacía fotos a los invitados de una boda que vestían traje militar en su hotel. Ya por la noche, Seckou Keita y Toumani Diabate se despedían con un concierto, poniendo el punto final a unos talleres musciales que ellos mismos iniciaron en los días previos.
El Hay Festival Alhambra parece tomar cuerpo en la capital andaluza. Con toda probabilidad, este evento representa actualmente el espíritu de la globalización en el campo de la creación artística -la creación literaria, en particular- como ningún otro acto o foro de la industria cultural. Los creadores y el público intimaron este fin de semana. Granada se calla, aunque el Festival Internacional de Poesía toma el relevo inmediatamente. Y el Hay Festival, por su parte, continúa su recorrido y vuelve a Gales a finales de mayo.
No sólo queda en la memoria el canto histérico y repentino del pavo que revoloteaba el Carmen de los Mártires. A pesar de alguna ausencia, aquí hubo muchas letras y muchas palabras. Y Pamuk. Y música. Adonis recitaba versos en árabe sin traducción simultánea. A falta de mayor entendimiento, hermosa música. Por cierto, el vestíbulo se llenó para escuchar a los poetas del último día. Jaramillo no acertó, afortunadamente.
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