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ABC Cultural

Cartas desde el infierno al que envió Stalin a cientos de republicanos españoles

Un libro recupera la memoria de algunos de los 345 republicanos españoles que pasaron por los Gulag

Julián Fuster, su esposa y sus hijas, a su llegada a la URSS Gentileza de Dolores Gómez
César Cervera

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El 8 de enero de 1948, el cirujano español Julián Fuster Ribó caminaba por las calles colindantes a la Plaza Roja cuando un grupo de agentes de Stalin le detuvo y le metió a la fuerza en un coche. Torturas, interrogatorios y amenazas de muerte ... precedieron al envío de este exiliado del Partido Socialista Unificado de Cataluña a uno de los Gulag soviéticos más temidos, el de Kengir, entre cuyas alambradas viviría siete años. Se le acusó de «enemigo del pueblo», el cajón de sastre usado por todos los totalitarismos para silenciar a los disidentes, pero su único crimen fue criticar su vida en la URSS, un lugar que le parecía «extraño y hostil» y del que trató de huir junto a otros compatriotas igual de desengañados.

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