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«La bruja debe morir» o el hechizo protector de los cuentos de hadas

Sheldon Cashdan analiza en su ensayo la importancia de los relatos tradicionales para ayudar a los niños a resolver sus problemas psicológicos

El artista Andhika Muksin integra a los personajes Disney en el mundo real. Aquí unas cuantas «malas» en un desfile ABC
Celia Fraile Gil

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Érase una vez una niño al que todas las noches le leían un cuento… Sin duda, una entrañable imagen que se repite generación tras generación. Pero parece que los siglos no han pasado por «Blancanieves», «Cenicienta» o «Hansel y Gretel» . ¿Cuál será la magia que encierran para mantener intacto su influjo? Sheldon Cashdan explica en su ensayo «La bruja debe morir» (Debate) que este gran poder es psicológico.

Los cuentos de hadas ayudan a los pequeños a hacer frente a sus conflictos interiores. Estas historias proyectan en el exterior la lucha interior entre el bien y el mal que viven los niños. Por ello, una parte del libro de Cashdan se articula en torno a las principales «tentaciones» a las que se enfrentan durante la infancia: vanidad, glotonería, envidia, engaño, lujuria, holgazanería y avaricia.

Por esta misma razón, aclara que la bruja debe morir, ya que representa «la victoria de la virtud sobre el vicio, un signo de que las fuerzas positivas del yo han prevalecido», aclara en el ensayo. Quemadas, empaladas, torturadas… ¿Es necesario que tengan un final tan horrible ? Sí, es imprescindible . Este profesor emérito de psicología de la Universidad de Massachussets indica que «si la finalidad es que el lector quede liberado de sentimientos pecaminosos y de pensamientos vergonzosos, eso solo se logra mediante un acto extremo de purificación ritual.

La muerte cercana

Este violento final también se explica por las dificultades que encuentran los niños para entender la muerte. Los adultos tienden a edulcorar el fallecimiento de personas cercanas a los pequeños (se les suele decir que están dormidas o en un viaje). El objetivo es que sufran lo menos posible, al tiempo que ofrecerles un rayo de esperanza, pero entonces, en los cuentos, si la bruja desaparece de forma velada, entonces es fácil imaginar que el niño piense que puede reaparecer. Por este motivo, de acuerdo con este especialista, «si la bruja debe morir -y permanecer muerta- debe ocurrir de una manera que haga altamente improbable su retorno ».

Los cuentos de hadas dan a los niños la oportunidad de ocuparse de resolver sus problemas. El hecho de que se proyecten en el héroe o en la heroína que vence a la figura diabólica les hace ver que «la solución a sus problemas descansa fundamentalmente en su interior», aclara en el ensayo, que explica cómo estos relatos no fueron creados para los niños. En una entrevista con ABC, el especialista esclarece cómo y por qué las cosas cambiaron: «Tuvo lugar en gran medida con la publicación de “Las historias familiares de los Hermanos Grimm”. Hasta entonces, los cuentos de hadas fueron escritos para el público adulto y en ellos aparecían casos de adulterio, incestos y otros contenidos cargados de sexo . “Piel de asno”, por ejemplo, cuenta el deseo de un padre por su hija después de que su mujer falleciera. Jacob y Wilhelm Grimm (junto a sus editores) fueron conscientes de que había una demanda creciente de historias para niños que contuvieran magia y fantasía, pero se dieron cuenta de que los padres no comparían esos libros para sus retoños a menos que las partes “ofensivas” fueran eliminadas. De ahí que las historias fueran “revisadas” ».

Ese «revisionismo» da alas a las terorías freudianas más variopintas. Pero Chasdan, no: «Las teorías psicoanalíticas o freudianas tienen mucho que ver con los “impulsos” y “deseos” sexuales (y agresivos) y la capacidad -o la incapacidad- del niño para controlarlos. Creo que los niños pequeños tienen más problemas con otro tipo de impulsos tales como la glotonería, la envidia y la mentira, y ahí el análisis freudiano tiende a ser limitado . Bruno Bettelheim, uno de los mayores especialistas del psicoanálisis, argumenta que Blancanieves busca refugio en los enanos porque son hombres atrofiados -con penes atrofiados- lo que reflejaría su miedo inconsciente a caer en sus impulsos sexuales. ¿Creo que esta teoría se puede calificar de rara, ¿verdad? Y, si no es rara, inverosímil» .

Justo en el otro extremo, nos encontramos con una abrumadora presencia femenina (madres, madrastras, brujas...) aunque se trate de personajes que ya hayan fallecido. Mientras, los padres permanecen en muchas ocasiones fuera del entorno familiar. ¿Cuál es la razón de que esto sea así? El profesor nos lo aclara: «Sostengo que los cuentos de hadas son historias en miniatura acerca del “yo” y que lo bueno y lo malo del “yo” aparecen representados por figuras buenas y malas . Mientras el objetivo principal de un cuento de hadas es entretener, su propósito velado es que los buenos impulsos prevalezcan sobre los malos, lo que se garantiza por medio de la muerte de la bruja o de otra figura demoniaca que aparezca en la historia. Los fundamentos básicos del “yo” se establecen a edades muy tempranas, por ello resulta natural que sea la madre -la figura predominante en las primeras etapas del niño- la que tienda a jugar un papel protagonista en estas historias. En otras palabras, los cuentos de hadas rinden homenaje al rol fundamental que desempeñan las madres en el sentido del «yo» emergente del niño.

Además de esos cambios en el pasado, los relatos también cambian y cambiarán con el tiempo. ¿Qué características cumplen hoy en día? «Debería decir que el mayor cambio cultural que se ha producido en ellos es el de la representación de la heroína, que ya no es una cándida jovencita que tiene que ser rescatada por alguien más dominante y responsable de su destino. Ese cambio se puede apreciar en figuras como la de la Princesa Leia de “La Guerra de las Galaxias”; Katniss Everdee en “Los Juegos del Hambre”, o el personaje de Vaiana de Disney, todas pertenecientes a cuentos de hadas modernos», indica.

Cuentos de hadas para adultos

En cuanto al porvenir de los cuentos de hadas, Cashdan cree que «tienen por delante un futuro próspero. Y que pueden crecer en dos direcciones: una para niños y otra para adultos. En la de los pequeños, veremos mayor presencia de heroínas. Ellas, no los príncipes, serán las que venzan a las fuerzas malignas de las historias. Si alguien tiene que ser salvado, ese será el príncipe. También veremos que el príncipe y la princesa aunarán fuerzas para destruir a la bruja o cualquier otra figura maléfica (un ogro o una malvada madrastra) que amenace el bienestar de los protagonistas».

Y veremos a los «cuentos de hadas volver a resurgir como historias para mayores que giran en torno a temáticas adultas como los poderes políticos y el control del poder. «Wicked, memorias de una bruja mala» de Gregory Maguire es «El Mago de Oz» revisado desde una óptica política, en la que el mago es una especie de todopoderoso Gran Hermano que conspira para hacerse con el control de los Munchkins, en lugar de ser un viejo bobo escondido tras una cortina».

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