Una extraterrestre extraviada en Chile

La academia sueca se fijó en los textos de Gabriela Mistral en 1945; en su país no reconocieron su talento hasta seis años después, cuando recibió el Nacional de Literatura de Chile. En ese tiempo Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayag, arrebatado el seudónimo bajo el que escribió siempre, ya vivía en Estados Unidos (moriría en Nueva York en 1957) y gozaba de la fama mundial.

El mundo leía a Gabriela Mistral (sus textos se tradujeron al sueco, al inglés, al italiano, al francés...) mientras ella continuaba con su labor como cónsul en diversos países de América e influyendo a poetas del continente. Desde Neruda a Octavio Paz, todos vivieron y bebieron de sus poemas. Roberto Bolaño, que como ella nació en Chile y cuyo primer destino (por causas bien distintas ambos) fue México, escribió: «Gabriela Mistral era una extraterrestre y por lo tanto no tenía ni nuestras necesidades ni nuestros deseos. [...] Era una simple extraterrestre extraviada en Chile, en Latinoamérica, que no podía comunicarse con su nave nodriza para que la fueran a rescatar».

El propio Bolaño, en una entrevista para el argentino Página 12, la situó en el triunvirato de los más grandes poetas de Chile: Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Gabriela Mistral. (Aunque para el autor de «Los detectives salvajes» por encima de todos estaba Parra).

El reconocimiento que alcanzó en su madurez (y por su puesto el póstumo) contrasta con el cierto desplante que vivió por parte de algunos coetáneos en sus principios. La conocida « Antología de la Poesía Chilena Nueva » publicada en 1935 dejó fuera la obra de Gabriela Mistral.

El Doodle creado por Google para conmemorar el 126 aniversario del nacimiento de Gabriela Mistral coincide con la publicación por parte de la Universidad Diego Portales de «Desolación», su primer poemario, que estará compuesto por ocho partes: «Vida», «La Escuela», «Infantiles», «Dolor», «Naturaleza», «Canciones de cuna», «Prosa» y «Prosa Escolar».