Mari Pau Domínguez: «Alvear es ejemplo de cómo el amor puede redimirnos»

La escritor publica la novela histórica «Las dos vidas del capitán» que recorre la vida del gran marino español

Mari Pau Domínguez: «Alvear es ejemplo de cómo el amor puede redimirnos» de san bernardo

jesús garcía calero

Mientras en España se desataba una tormenta política y mediática tras el expolio de Odyssey en 2007 y la Administración organizaba la batalla legal para recuperar la carga de la fragata Mercedes, numerosas personas se implicaron en este caso para rescatar la historia oculta tras aquella doble injusticia: ... el ataque inglés en tiempo de paz y el expolio de los cazatesoros americanos. Una de ellas fue la escritora Mari Pau Domínguez (Sabadell, 1963), que se sumergió en los archivos de la Armada con el fin de documentar la peripecia –y la tragedia– de Diego de Alvear.

Este marino y científico español que perdió a su esposa y siete hijos cuando estalló la fragata en 1804, pudo después rehacer su vida y participó heroicamente en la defensa de Cádiz contra los franceses. Mari Pau Domínguez acaba de publicar una novela que es el fruto de sus investigaciones: «Las dos vidas del capitán»(Grijalbo) . Todo un viaje por la grandeza de la historia de España que no debe ser olvidada que, además, los lectores pueden recrear en la exposición «El último viaje de la fragata Mercedes» en el Museo Naval y el Arqueológico Nacional.

—¿Qué recuerda con más intensidad de aquellos días en los archivos?

—Pude manejar documentos que entonces aún no se habían dado a conocer, que se estaban recopilando para argumentar el litigio. Pero el que me produjo mayor impresión fue el mapa de demarcación realizado por Alvear.

—¿Por qué?

—Insistí mucho en ver documentos de su trabajo geográfico, que no era urgente localizar para la batalla contra Odyssey, y resultó fabuloso para todos. Allí están los nombres de los territorios y se acompaña de ingente documentación. Gracias a todo aquello he podido documentar el libro con mucho rigor.

—¿Hasta qué punto?

—Salvo la carta final de San Martín, todas las cartas y relatos de la batalla y de la vida familiar son fidedignos, a veces literales, basados en las cartas y la documentación.

—Alvear ve morir a su familia y rehace su vida. Pero su vida no es solo historias de amor y su gran tragedia. ¿Qué ha puesto en el centro de su novela?

—Alvear es un caso de cómo el amor te redime, porque él reconocía que era un muerto en vida, el resultado de, como él decía, «una nube de ruinas y de humo». Pero su historia es maravillosa porque le ocurren cosas tan distintas en lugares tan diferentes, que la lección de su vida está en otras palabras suyas: «No recuerdo ni un solo día en el que no haya luchado». Por esa lucha volvió el amor a su vida. Ese es el centro, hemos de superar lo que sea, luchar cuando la vida se tuerce. Él supo estar a la altura.

—Hay un episodio juvenil polémico, relativo a que Alvear sería el padre del libertador José de San Martín...

—No es descabellado pensar que un Alvear joven y soltero en mitad de la selva pudiera dejarse llevar por la fuerza de la naturaleza en aquel momento. Lo cierto es que pagó la educación militar de San Martín en la misma escuela que sus hijos. Lucharon juntos en la Guerra de la Independencia. San Martín es uno de los personajes más fascinantes de la novela, vivió atormentado, jamás encontró su lugar en el mundo. Fue héroe en la batalla de Bailén, luego libertador en Argentina, Chile y Perú, pero acabó en Europa sus días, porque allí tampoco se encontraba. Si no llega a retirarse habría estado a la altura de Bolívar.

—¿Por que tiene tanto éxito la novela histórica en España y luego tenemos una relación tan extraña y acomplejada con el pasado?

—Hacemos poco el ejercicio de pensar en quienes protagonizaron la historia de la que venimos. Es imposible analizar el presente sin echar la mirada atrás. No podemos analizar la sociedad sin conocer lo que hemos sido en el pasado. No podemos ver los problemas de hoy en Cataluña sin saber de la época de Carlos II o del Duque de Anjou. Es fundamental rescatar la historia desperdigada.

—¿La de Alvear estaba así?

—Estaba sepultada por la Mercedes. Cuando Odyssey expolió el pecio tuvo como producto no deseado para ellos que toda esa historia emergió con fuerza. Porque los hombres, mujeres y niños que zarparon de Montevideo y naufragaron habían hecho un viaje al olvido. Y será inacabable porque la historia de España es la más rica del planeta.

—¿Cómo trataron a Alvear en Londres?

—Mal, después de la cuarentena, la prisión, cuando venían en condiciones durísimas tras un combate que fue atroz.

—Ahora que tenemos la exposición de la Mercedes, ¿siente que ha habido generosidad en reconocer la implicación de tantas personas en el caso?

—No ha habido mucha generosidad. Un ejemplo, Carmen Calvo debería haber estado en la inauguración. Fue la ministra que inició un litigio, como empeño personal, que podía poner en riesgo las relaciones con EE.UU. Y como ella supongo que ha faltado reconocer públicamente a decenas de personas. Cuando volvieron las monedas tampoco hubo un acto de reconocimiento, de unidad.A veces somos nuestros peores enemigos. En la argumentación ha participado mucha gente.

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