Un sevillano busca en Chile restos de veneno en el cuerpo de Pablo Neruda

La teoría del asesinato del Nobel de Literatura no es nueva, pues ocupó las primeras planas de los periódicos y revistas mexicanas y chilenas en 2011, cuando su exchófer denunció que se le había envenando. « Aprovecharon su estancia en el hospital por un supuesto cáncer que padecía para ponerle una inyección letal en el estómago», dijo el exempleado del poeta.

Demostrar esto, cuarenta años después de su fallecimiento, no será fácil, como reconoce a ABC este profesor de la Pablo de Olavide, doctor en Medicina y Cirugía y responsable del área de Toxicología de esta universidad sevillana: «Nos encontramos con dos limitaciones importantes: no hay muchos datos de su historial clínico ni de los medicamentos que se le suministraron; y, además, se perdió mucha información tras el golpe de Estado ».

A todo ello hay que añadir las cuatro décadas transcurridas sobre los restos del poeta, que dificultarán enormemente las tareas de los forenses de EE.UU., Alemania, Argentina y Chile que acompañarán al científico sevillano en sus tarea. «El cuerpo estará muy degradado y no será nada fácil detectar las sustancias a las que algunos atribuyen la muerte de Neruda, pero vamos a trabajar duramente para dar un dictamen definitivo», comenta Repetto a ABC, poco antes de iniciar la exhumación del mismo.

Lo que si está perfectamente documentado es el proceso de enterramiento, de manera que no caben dudas sobre la identidad de los restos que van a ser analizados, que pertenecieron, sin lugar a dudas, al Nobel chileno.

Tres observadores internacionales van a esar presentes durante todo el proceso de exhumación y de traslado de los restos de Neruda a un laboratorio de Santiago de Chile . Allí se decidirá qué muestras serán analizadas y dónde. Repetto no descarta que parte puedan ser enviadas a Sevilla para su análisis.

No hay plazos para el dictamen, aunque el científico sevillano estima que se necesitarán, al menos, «dos o tres meses» para culminar estos trabajos. Y los familiares del poeta y sus numerosos lectores esperan que tras ese tiempo pueda de una vez por todas saberse la verdad sobre las causas de su muerte: si fue un cáncer, como se dijo oficialmente hace cuarenta años, o un veneno inyectado en su estómago por orden de la dictadura militar.