Espinosa:«Cuando alguien me cuenta una buena historia, le pido que me la regale»

Tan viajera es la novela, que Espinosa quiso titularla "Barcelona-Boston-Buenos Aires", que son sus ciudades preferidas; al final abandonó la idea: "Se parecía demasiado a Vicky-Cristina Barcelona", bromea. Lo que más valora del viaje conocer vidas ajenas: "Soy muy 'pidón': cuando alguien me cuenta una buena historia, le pido que me la regale". Así le ocurrió con un taxista bonaerense: "Me dijo que la belleza siempre encuentra su camino y yo tomé nota de la frase…".

Las "brújulas" de Espinosa sirven para localizar "archipiélagos de sinceridad". A la muerte de su esposa, el protagonista debe cuidar de sus hijos y rehacer la difícil relación con su padre y hermanos…". Espinosa asume las situaciones adversas como cargas de energía y sigue el consejo de Voltaire, al que cita en su novela: «Quien cree que el dinero lo hace todo, acaba haciéndolo todo por dinero». Por eso nunca hace planes para más allá de tres meses y procura disfrutar de lo que está haciendo en cada momento: "La experiencia de ver de cerca la muerte, me enseñó que los próximos tres meses pueden ser los últimos", sentencia.

Gracias al éxito de la serie «Polseres vermelles», adquirida para la cadena ABC por la productora Dreamworks de Spielberg, Espinosa sigue disfrutando de sus libros y de un "target" lector tan amplio que va de los diez a los noventa años. "A estas alturas no voy a cambiar de estilo. Me interesa la gente que siempre te dice la verdad, como mi madre. Los mejores libros que he leído y las críticas a cosas que he escrito se los debo a ella. Pero esta novela le ha gustado…".