El león 'cazado' en el Louvre proviene «sin duda» de la colegiata de San Isidoro

El museo francés actualiza la cartela de la figura románica tras la investigación de un historiador del arte español

El estudio de la figura ha conducido a nuevos descubrimientos sobre la portada norte de la basílica leonesa

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El león románico que proviene «sans doute» («sin duda») de San Isidoro de León FRANCISCO PRADO-VILAR

Francisco Prado-Vilar ignoró a la Gioconda. Los pasos de este historiador del arte gallego se encaminaron hacia la planta inferior del Louvre, en busca del león románico que 'cazó' hace dos años en un discreto rincón del museo parisino. El felino de ... piedra seguía agazapado sobre un pedestal en actitud vigilante, detrás de un pilar, invisible a los ojos de la mayoría de los visitantes. Algo, sin embargo, había cambiado desde la última visita de este investigador de la Universidad de Santiago de Compostela y del CISPAC.

En su cartela se leía que la escultura de hacia los años 1100 y 1150 «proviene sin duda de la colegiata de San Isidoro de León (Castilla y León, noroeste de España)». «Me sorprendió muchísimo y me llevé una alegría, claro, porque no me lo esperaba. Fue maravilloso y muy gratificante», relató este especialista gallego en arte románico a ABC ese mismo día, el pasado 3 de febrero.

Ese «sin duda» de la cartela le llamó poderosamente la atención. «Aunque yo estoy seguro, hombre, lo habitual es poner 'probablemente', pero muchas gracias por la confianza», bromeó «convencidísimo» de que el escrito no falta a la verdad. La locución 'sans doute' también se utiliza en ocasiones para referirse a algo «muy, muy probable», añade, aunque «sigue siendo una expresión rara para una cartela».

Cartela del Museo del Louvre FRANCISCO PRADO-vilar

En su anterior viaje a París, invitado como profesor visitante de la École de Haute Études en Sciences Sociales, Prado-Vilar sucumbió ante el magnetismo de este león románico. La figura le recordó a los «feroces leones» que describe el Códice Calixtino en las portadas del transepto de la catedral de Santiago de Compostela y que aún se conservan en la fachada de Platerías. Pensó que la escultura debía de pertenecer a esa manada de felinos que guardaban las entradas de la catedral compostelana, Saint-Sernin de Toulouse o San Isidoro de León.

Por entonces, la cartela apuntaba lacónicamente a una procedencia leonesa, sin especificar nada más. El investigador se puso en contacto con el Departamento de Escultura Antigua para solicitar más información sobre la pieza. «La documentación se reducía a un documento de compra que decía que había sido adquirida por el marchante de arte Brimo de Laroussilhe en febrero de 1936 por 2.000 francos», recuerda. Intrigado, entró en contacto con el anticuario parisino. La actual familia propietaria había comprado el negocio en los años 80, por lo que desconocían la transacción y en sus archivos no encontraron nada sobre el león del Louvre.

Detalle del león románico FRANCISCO PRADO-vilar

El tono anaranjado que observó aún bajo la suciedad de la piedra, así como sus rasgos formales situaban la pieza en San Isidoro de León, una basílica que este especialista en escultura románica de finales del XI y principios del XII había investigado en profundidad y sobre la que publicó un artículo en la revista 'Goya' en 2011.

En un primer momento, pensó que podría haber pertenecido a la Portada del Perdón. En fotografías antiguas se vislumbraba un león similar en la parte superior de esta puerta sur del transepto. Sin embargo, imágenes de los años 30 de esa misma portada mostraban que la erosión había hecho estragos en la escultura. A la figura se le habían desprendido los restos de la cabeza que se observaba en fotografías anteriores. «Cuando se acometió la restauración de 1962, Andrés Seoane no tenía referentes claros y produjo la criatura híbrida que hoy ocupa su lugar», explicó Prado-Vilar en un artículo en Románico Digital en 2023.

Reconstrucción que hizo Torbado de la portada norte, con el león añadido en su lugar original FRANCISCO PRADO-vilar

Descartada esta hipótesis, el león del Louvre debía ser un superviviente gemelo de la portada norte del transepto. Esa puerta estuvo «tapiada con una verdadera muralla de canto rodado», según contó en 1911 el arquitecto conservador leonés Juan Crisóstomo Torbado, que dirigió las campañas de restauración en San Isidoro a principios del siglo XX. Durante la retirada de ese muro, se descubrieron restos escultóricos importantes y entre ellos debió de estar el felino que después habría pasado a manos privadas.

Prado-Vilar sospecha que «Torbado se llevó algunos fragmentos durante los trabajos en esa portada norte». En archivos fotográficos ha localizado una Crucifixión de mármol de San Isidoro, hoy en paradero desconocido, que constaba como perteneciente a la 'colección Torbado'. Además, revisando las imágenes de la famosa Exposición Internacional de Barcelona de 1929, ha descubierto que la misteriosa pieza se expuso en la sala XIII y también «figura en el catálogo como procedente de la colección Torbado».

La Crucifixión desaparecida Sala XIII de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 y detalle de la pieza expuesta (dcha). A la izquierda, fotografía del Archivo Moreno Ayuntamiento de Barcelona / IPCE

Algunas de las obras portátiles que formaron parte de esta gran muestra «acabaron después vendidas», se lamenta. Prado sospecha que eso pudo ocurrir con el león del Louvre, que saliera de España antes de la entrada en vigor de la ley del Tesoro Artístico Nacional, impulsada por Ricardo de Orueta.

A diferencia de lo que ocurrió con San Pedro de Arlanza o San Benito de Sahagún, otros monumentos románicos de primer nivel de la época, San Isidoro no se desmanteló. El león del Louvre es la única pieza de su arquitectura que este especialista ha localizado fuera de España. «Por eso es sorprendente», resalta.

Tirando del hilo

A pesar de que «encontrar una pieza de un monumento tan importante como San Isidoro de León en un museo tan importante como el Louvre es alucinante», a su juicio lo más relevante «es que el león ha llevado a estos otros descubrimientos sobre la iconografía y configuración de la Portada Norte de San Isidoro».

San Pedro de la Portada del Perdón (izda), relieve de la Liberación de San Pedro de la portada norte y otras representaciones de la escena de Vèzelay (arriba) y Conques (abajo) francisco prado-vilar

Al revisar los fragmentos de esta puerta, al historiador se le «encendió la bombilla» y se dio cuenta de que un famoso relieve del tímpano que había sido identificado como San Isidoro conducido por un ángel a la gloria «es una liberación de San Pedro».

«Encaja porque es una iconografía de resurrección, fundamental en entornos funerarios, por todo lo que revela de alianza con Roma y está en todas partes en el románico, aunque normalmente en capiteles», explica.

Prado prepara un artículo académico sobre la portada norte de San Isidoro en el que refutará la reconstrucción hipotética que realizó en 2008 Teresa Martin. «Ahora tengo una hipótesis alternativa», resalta este experto, que fue coordinador del comité científico de la restauración del Pórtico de la Gloria y compaginará su redacción con sus investigaciones actuales sobre el coro del maestro Mateo de la catedral de Santiago de Compostela.

La cartela renovada del Louvre ha sido, «sin duda», un aliciente para sus actuales proyectos. «Es una plasmación externa de una investigación puntual, que sin embargo requiere de muchos años de preparación y de conocimiento», explica. «Volver al museo y ver que una pieza anónima se ha revalorizado porque es parte de un monumento fundamental del románico a nivel mundial, como es San Isidoro, es inesperado y muy gratificante».

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Sobre el autor Mónica Arrizabalaga

Redactora especializada en arqueología y patrimonio. Autora de 'España, la historia imaginada' (Espasa) y coautora, junto con Federico Ayala, de 'La Gaceta olvidada' (Libros.com).

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