El largo camino para desentrañar la muerte del poeta Pablo Neruda llega a su fin

Ayer, el tercer panel de expertos entregó de manera reservada un informe no vinculante solicitado por la magistrada Paola Plaza, que deberá estudiar los antecedentes y en las próximas semanas señalar qué acciones seguirá o emitir un pronunciamiento. Los querellantes solicitarán hoy jueves copias del informe final, pero uno de sus abogados, Rodolfo Reyes, tras reunirse con la magistrada en el Palacio de Tribunales, reiteró a ABC que este concluye que el premio Nobel de Literatura fue asesinado.

«Que el tribunal se pronuncie sobre las piezas del sumario es improcedente; las partes podrán emitir las opiniones que les convengan, cada una es dueña de manifestar lo que sea conveniente a sus intereses, pero el tribunal debe respetar el principio de imparcialidad», declaró la juez.

Reyes, sobrino además de Neruda, indicó a este diario que los dos informes preliminares en su poder, emitidos por el Centro de ADN Antiguo de la Universidad de MacMaster (Canadá) y la Sección de Genética Forense, del Departamento de Medicina Forense, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), son determinantes en señalar que la bacteria 'clostridium botulinum' es la causa directa de la muerte del poeta, por lo que ahora solicitará a la justicia que determine quiénes fueron los responsables del supuesto envenenamiento. Por su parte, el Ministerio del Interior, también querellante en el proceso, estudiará los antecedentes antes de resolver sus próximas acciones. Cabe señalar que la familia no ha solicitado indemnización alguna y se ha concentrado en «hacer verdad y justicia».

Para el abogado del médico Sergio Draper, ya fallecido pero encausado como uno de los responsables, todo el expediente no establece una relación de causalidad entre la bacteria y la muerte. «La presencia de esta cepa no va a alterar el resultado», afirmó Erwin Sapiaín.

Las conclusiones del panel debieron ser entregadas a comienzos de febrero, pero ello no ocurrió porque, trascendió, había «falta de consenso» entre los expertos convocados. Este tercer panel 'genómico proteómico' encargado por la familia, ya que ningún informe anterior había sido concluyente, operó de manera no presencial desde el 24 de enero de este año con miembros solo de laboratorios y centros de investigación extranjeros.

El anterior panel, conocido como el 'grupo de Estocolmo', se instaló en 2015 y estuvo conformado por una decena de expertos de Dinamarca, Estados Unidos, España y Canadá, además de seis peritos chilenos.

Este segundo grupo, también solicitado por los querellantes, entregó sus conclusiones en octubre de 2017 al juez Mario Carroza señalando que, si bien Neruda padecía cáncer «no hay prueba alguna de que su estado fuera terminal», por lo que el certificado de defunción emitido en 1973 no reflejaba la realidad de lo ocurrido.

El mismo panel encontró ADN de «clostridium botulinum» en la bulba de un molar, por lo que recomendó realizar más estudios para determinar si este fue la causa de la muerte del autor.

Las dudas sobre las causas de la muerte de Neruda las instaló el chófer del poeta, Manuel Araya Osorio, en 2011, cuando en la revista mexicana 'Proceso' aseguró que el premio Nobel de Literatura no había fallecido del cáncer de próstata que padecía, sino por un agente que le fue inyectado estando internado en una clínica en Santiago.

Araya ha sostenido todos estos años que el poeta no se encontraba tan débil como muchas versiones señalan y que la razón por la cual se hospitalizó voluntariamente el 19 de septiembre era para facilitar su viaje a México el 24 de ese mes, país desde donde tenía la intención de encabezar la oposición a los militares.

Araya estuvo con Neruda en la clínica en espera de que recibiera el salvoconducto para viajar. Ahí, el autor le dijo: «Me pusieron una inyección en el estómago y me estoy quemando por dentro». Después de eso, no volvieron a verse porque Araya fue detenido. A partir de sus declaraciones, en mayo de 2011, el Partido Comunista, donde militaba Neruda, presentó una querella ante la justicia con el objetivo de aclarar la muerte. La familia se sumó como querellante un año después.

En sus inicios, la investigación estuvo en manos del juez Mario Carroza, quien también llevaba otras causas de violaciones a los derechos humanos. Al jubilarse, el proceso quedó, desde enero de 2020, en manos de la juez Paola Plaza, quien ahora dictará sentencia. Carroza ordenó la exhumación de los restos de Neruda en abril de 2013 y en noviembre de ese año un grupo de expertos descartó una muerte por envenenamiento. «No se han encontrado agentes químicos relevantes que pudieran relacionarse con el desenlace de Pablo Neruda», afirmó entonces Patricio Bustos, director del Servicio Médico Legal (SML) de Chile. Aun así, el juez estimó que no era concluyente y solicitó nuevas pruebas periciales.

Los restos de Neruda descansan en su residencia de Isla Negra, en el centro de Chile, desde 1992 tras ser exhumados del Cementerio General de Santiago, lugar donde había sido sepultado en 1973, y trasladados a su casa museo. Tras la segunda exhumación, volvieron allí en 2016.