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ABC Cultural

Anoche soñé con Shakira

Desperté sobresaltado a las seis de la mañana y ya no podía volver a dormir: necesitaba escribir el sueño o la fiebre o el delirio que había tenido con ella

Una imagen de archivo de la cantante Shakira Agencias

Jaime Bayly

Anoche soñé con Shakira. Desperté sobresaltado a las seis de la mañana y ya no podía volver a dormir: necesitaba escribir el sueño o la fiebre o el delirio que había tenido con ella.

No era la primera vez que soñaba con Shakira, la diosa ... invicta, la bella mariposa inmortal. Estaba enamorado de ella desde que la conocí (y habían pasado tantos años). La conocí cuando vino a Miami y no sabía hablar en inglés; cuando vivía en un apartamento en la playa y conducía un coche rojo convertible; cuando quería conquistar el mundo con esa voz milagrosa que venía de siglos de sangre derramada en tierras libanesas y se entremezclaba con el desgarro poético de ser colombiana y vivir asomada al abismo, mirando curiosamente y preguntándose si volaría como una mariposa, en caso de saltar con los brazos abiertos; cuando vivía como vivían no pocos colombianos, hechizados por la tentación del abismo, cantando, pintando o escribiendo al borde mismo del despeñadero.

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