Iceta se compromete a devolver las obras incautadas de manera irregular en la Guerra Civil

Así se ha pronunciado Iceta después de que el Museo del Prado informara ayer de que tiene en su colecciones 25 obras incautadas por el franquismo tras la Guerra Civil, así como otras 37 obras depositadas en la pinacoteca por la republicana Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico. «Lo que está haciendo el Museo del Prado está muy bien hecho y se enmarca en la política del ministerio», ha valorado el ministro.

«Hemos hablado con todos los responsables de los museos nacionales que dependen de este ministerio para que hagan esa labor, para que realmente velen por el origen de todas las obras que están expuestas o depositadas en esas instituciones, y que cualquier origen dudoso o contestado de esas obras reciba una respuesta y, de entrada, lo tengamos en conocimiento», ha señalado Iceta. «Queremos que todas las obras de las que disponen las entidades y organismos oficiales del Estado tengan perfectamente acreditado su origen y, si se hubiese producido una incautación injusta o irregular por causas de la guerra, pues hacer un procedimiento de devolución».

A modo de ejemplo, el titular de Cultura ha citado el caso de Pedro Rico, alcalde de Madrid en los años treinta, cuyos bienes fueron incautados en la Guerra Civil. Esas obras fueron incautadas por una junta y legadas a órganos creados para su custodia, pero al terminar la guerra quedaron en manos del Estado. «En enero de 2022 la abogada de la familia nos facilitó un dossier de las obras incautadas. A partir de ahí, nosotros hicimos un esfuerzo de localizar y documentar esas piezas y por parte del ministerio ha sido la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes la que está activando todos esos trabajos. Hasta ahora hemos conseguido documentos que estaban en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca y tres de las obras de arte que constaban como paradero desconocido».

El ministro Iceta ha añadido que el Gobierno está dispuesto a que los organismos oficiales del Estado sigan custodiando los documentos reclamados. «Pero si son documentos particulares y las familias los reclaman para sí, los vamos a dar –ha indicado el titular de Cultura–. No queremos tener como patrimonio público algo que ha sido obtenido de forma ilegítima y, por lo tanto, vamos a trabajar en esa dirección».

Según una investigación liderada por Arturo Colorado, autor del libro ‘Arte, botín de guerra. Expolio y diáspora en la posguerra franquista’, de las obras incautadas por el franquismo, 2.845 fueron a parar a museos, 1.929 a distintos organismos estatales, 1.288 a la Iglesia y más de 500 a colecciones privadas. Hay obras en instituciones como el Prado, el Arqueológico Nacional, la Biblioteca Nacional, ministerios, órdenes religiosas y museos de ciudades como Valencia, Coruña o Barcelona.

Estos movimientos se producen poco después de que el Gobierno decidiera devolver dos obras requisadas por el régimen franquista a la familia del naviero Ramón de la Sota, una decisión que sienta un precedente histórico. Se trata de dos cuadros atribuidos a Frans Pourbus y Vicente López que durante años habían permanecido extraviados. La familia del naviero las localizó en el Parador de Almagro y el Estado, tras una reclamación extrajudicial, admitió que los herederos eran los legítimos propietarios.