La IA amenaza con recortar un 28% los ingresos de los músicos

El informe, elaborado por la consultora Know Media en colaboración con la Universidad Carlos III, ubica la irrupción de la IA en un contexto de rápida expansión. Según estimaciones de Goldmedia, el mercado global de aplicaciones de IA musical estaba valorado en 300 millones de dólares en 2023, y podría superar los 3.100 millones en 2028, con una tasa de crecimiento anual cercana al 60 por ciento.

La proliferación de obras generadas por algoritmos es igualmente significativa. En 2018 se registraron 16,4 millones de nuevos ISRC –el código que identifica las grabaciones musicales–; en 2024 la cifra alcanzó los 36,1 millones. Plataformas como Spotify o Deezer reconocen que decenas de miles de canciones creadas con inteligencia artificial se suben cada día. Deezer estima que un 18 por ciento de su catálogo corresponde ya a este tipo de contenidos.

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Los autores encuestados en este informe asisten a este fenómeno con incertidumbre y preocupación. Perciben la IA como una amenaza que puede reducir tanto el volumen de trabajo como los ingresos. Esta sensación es más intensa entre quienes no han utilizado aún herramientas de IA, mientras que los que sí lo han hecho muestran una actitud algo más matizada. El colectivo que se siente más amenazado es el de los autores con mayores ingresos, los que superan los 7.000 euros anuales en derechos de autor. Casi la mitad prevén descensos medios del 40 por ciento en los próximos años.

El estudio constata que, a día de hoy, la penetración de la IA en la práctica autoral es reducida. Apenas un tercio de los creadores han experimentado con estas herramientas, y lo han hecho de forma esporádica y en tareas periféricas a la composición musical.

Los usos más habituales se encuentran en áreas como el marketing y la promoción, la edición, la masterización y la mezcla. En el terreno de la creación, los autores prevén que el mayor impacto se producirá a corto plazo en la música de librería, la música para televisión y las producciones audiovisuales. En cambio, consideran que la música en directo quedará al margen de estas amenazas, igual que géneros minoritarios o estrechamente ligados a la tradición, como el flamenco o el folk.

En cuanto a las herramientas, destacan las de generación de texto y letras, como ChatGPT, y los programas de composición como Suno o BandLab. También se emplean soluciones de mezcla y masterización como LANDR, Neutron o iZotope Ozone, y aplicaciones para marketing como Spotify AI. El 67 por ciento de los usuarios utilizan versiones gratuitas, mientras que solo un 5 por ciento han contratado servicios de pago.

El informe aborda también uno de los debates más sensibles en torno a la IA: la utilización de obras protegidas para el entrenamiento de algoritmos. El 61 por ciento de los autores rechazan que sus composiciones puedan ser empleadas con este fin, incluso a cambio de remuneración. El 39 por ciento restante estarían dispuestos a aceptarlo siempre que se garantice una compensación económica.

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La legislación europea vigente desde 2019 contempla excepciones para la minería de textos y datos en el ámbito científico, pero no previó la actual dimensión de la IA generativa. Algunas resoluciones judiciales han ampliado la interpretación de esas excepciones, lo que ha incrementado la preocupación en el sector cultural.

El impacto económico potencial refuerza estas inquietudes. Los ingresos por derechos de autor en España podrían reducirse en torno a 100 millones de euros en 2028 si no se establecen mecanismos de regulación y compensación, advierte el informe. La cifra acumulada entre 2025 y 2028 se situaría entre 160 y 180 millones.

Este análisis coincide con las estimaciones de organismos internacionales como la CISAC, que ha advertido de pérdidas potenciales de 22.000 millones de euros en ingresos de autores y creadores a escala mundial en el periodo 2023-2028, de los cuales 10.000 corresponderían a la música y 12.000 al audiovisual.

Frente a este escenario, el informe recoge una demanda generalizada entre el colectivo autoral de una regulación específica y eficaz. Las peticiones incluyen transparencia en los algoritmos de recomendación, etiquetado de las obras generadas por IA y mecanismos de compensación por el uso de creaciones protegidas en el entrenamiento de modelos.

Los músicos reclaman que tanto las entidades de gestión como las autoridades públicas articulen mecanismos que protejan la creación humana frente a «la irrupción de la cuarta revolución industrial que impulsa la IA», y que afecta a las industrias culturales en primer lugar.

Sobre cómo va a afectar la IA a la creación, el sentimiento mayoritario entre los músicos es que existe el riesgo de que la música se homogeneice, se reduzcan los encargos profesionales y se ponga en cuestión la autoría. Al mismo tiempo, se reconocen posibles ventajas, como la mejora de la productividad, el acceso a nuevas herramientas creativas y la democratización del proceso de composición. La balanza, sin embargo, se inclina hacia el pesimismo.