La industria cultural estalla contra el proyecto del Código de Buenas Prácticas de IA: «Es inaceptable»
Cuarenta asociaciones europeas alertan de que el tercer borrador debilita el cumplimiento de los derechos de autor
Gesac acusa a las plataformas tecnológicas de presionar para «reinterpretar el derecho de autor»
Un informe danés revela que los modelos de IA generativa se han entrenado con contenido pirateado

Una coalición de cerca de cuarenta asociaciones europeas que representan a autores, artistas, intérpretes, editores, periodistas y otros titulares de derechos ha suscrito una declaración conjunta en la que expresan su rechazo absoluto al tercer borrador que se está elaborando en Bruselas del Código de ... Buenas Prácticas para los sistemas de Inteligencia Artificial de Finalidad General. «Es completamente inaceptable. No lo podemos apoyar en su versión actual», expresan los firmantes. Los creadores alertan de que este borrador debilita las obligaciones de transparencia y cumplimiento de los derechos de autor por parte de las grandes plataformas que están desarrollando sistemas de IA generativa.
El año pasado, la Unión Europea aprobó una ley de IA, y las normas que rigen estos nuevos modelos entrarán en vigor a partir del mes de agosto. El Código de Buenas Prácticas tiene por objeto facilitar la correcta aplicación de estas normas, y su papel se presume crucial a la hora de orientar el futuro desarrollo de los ChatGPT y Deepseek de turno que ya han empezado a operar. Ese reglamento incorporaba una «protección mínima», a juicio de algunas entidades de gestión de derechos de autor, para que se cumplieran ciertos requisitos de transparencia en el uso de obras –canciones, libros, películas...– protegidas por derechos de autor.
El tercer borrador del Código de Buenas Prácticas, tal y como está redactado, debilita esas obligaciones de transparencia y cumplimiento de los derechos de autor, denuncian las asociaciones en su declaración conjunta. A su juicio, se establecen requisitos tan ambiguos que, en la práctica, permitirían a los desarrolladores de los modelos de IA eludir sus obligaciones. Una de las grandes quejas que el sector ha venido manifestando estos últimos meses es que OpenAI, Microsoft, Meta, Google y compañía han desarrollado sus modelos de IA generativa usando contenidos protegidos por derechos de autor sin pagar por su uso.
«Desde el principio no hemos estado muy satisfechos con los borradores que íbamos conociendo», dice Adriana Moscoso, directora general de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (Gesac), a la que pertenece la española SGAE. «Estaban muy inclinados hacia los intereses de las empresas tecnológicas. A la vista de que este tercer borrador redundaba en esa situación en la que ninguna de nuestras observaciones quedaba reflejada, hemos decidido dar este paso». Este Código de Buenas Prácticas debería estar aprobado antes del 2 de mayo. «Para tener este texto, lo que hay que hacer es aplicar directamente la ley. No queremos que se vea diluida o malinterpretada a través de esta herramienta».
El manifiesto señala que solo se exige a los proveedores que realicen «esfuerzos razonables» para cumplir con la legislación europea, y esto «no garantiza» el cumplimiento efectivo de la ley europea. El tercer borrador del Código de Buenas Prácticas tampoco garantiza la transparencia al eliminar requisitos clave para que las empresas de IA informen sobre el contenido utilizado en el entrenamiento de sus sistemas. Igualmente, las entidades afectadas denuncian que los mecanismos de reserva de derechos son ineficaces y que el mecanismo que se propone para presentar reclamaciones no especifica soluciones concretas para resolver conflictos por infracciones de derechos de autor.
«La intención de la ley de IA de la UE era permitir el desarrollo de una IA responsable y garantizar que los sectores culturales y creativos puedan seguir creciendo en los territorios europeos», dice el texto. Sin embargo, el tercer borrador del Código de Prácticas que se ha presentado «socava esos objetivos, contraviene el derecho de la UE e ignora la intención del legislador europeo», añade el manifiesto. «En lugar de proporcionar un marco sólido para el cumplimiento, establece un listón tan bajo que no ofrece una ayuda significativa para que autores, artistas, intérpretes y otros titulares de derechos ejerzan o hagan valer sus derechos».
Moscoso apunta a la capacidad de influencia y presión de las grandes compañías. «Desde que llegó la Administración Trump la ejercen de manera muchísimo más descarada. Los obligados a firmar esto no somos nosotros, los titulares de los derechos, sino las empresas de IA. Meta ya dijo hace un mes que no piensan hacerlo». La directora general de Gesac recuerda que la industria cultural genera millones de puestos de trabajo y el 4 por ciento del PIB europeo. «Están intentando diluir la ley al máximo a través de este código; es decir, está habiendo una brecha del principio básico del Estado de Derecho: no se puede modificar una ley que se ha aprobado en el Parlamento Europeo. Por eso hemos dicho hasta aquí. Se está reinterpretando el derecho de autor, y esto es lo que no puede ser».
El comunicado lo firman algunas de las asociaciones europeas más relevantes en sectores como el cine, la televisión, los periódicos o los libros. Entre ellas, la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (Cisac), la Asociación Europea de Producción Audiovisual (CEPI), la Federación Internacional de Periodistas (EFJ), la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAPF) y la Alianza Audiovisual Antipiratería, además de Gesac. «Está la industria cultural europea al unísono –dice Adriana Moscoso–. Demuestra que hay una preocupación muy seria con esta cuestión».
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