Fallece el académico Valentín García Yebra
Ha muerto en Madrid a los 93 años
Ha muerto Valentín García Yebra a los 93 años. Era un sabio de otro tiempo, nacido en Lombillo de los Barrios (León), el 28 de abril de 1917. Doctor en Filología Clásica; honoris causa por las Universidades de León y Atenas; catedrático jubilado de Griego ... de instituto y profesor jubilado de Teoría de la Traducción del Instituto Universitario de Lenguas Modernas y Traductores de la Universidad Complutense de Madrid, era el gran vigía del buen uso de las palabras desde su prodigiosa atalaya. Y lo profesó en su ABC del lama, donde nos honraba con deliciosas Terceras, y donde supervisó el Libro de Estilo de ABC.
Valentín García Yebra fue uno de los trabajadores más "acérrimos" de la Real Academia Española, como recuerda para ABC su paisano leonés, y muy querido colega académico, Luis Mateo Díez, a quien le unía una entrañable amistad. "Valentín era un hombre muy entregado a la Real Academia. La caracteristica de él era su condición de erudito, ese viejo término que resume tantas cosas. Era un consumado especialista en lenguas clásicas, y un gran conocedor de ellas. Doctor en Filología Clásica por la Universidad Complutense, todo su trabajo esta centrado en el mundo de la lengua, en los estudios clásicos, con mucha finura para ver ese poso cultural y lingüístico del pasado en las referencias del español. Ha sido uno de los más grandes e importantes traductores de España; forma parte de esa élite absoluta".
Entre los grandes hitos de Valentín García Yebra está la bonhomía, "una cierta cualidad ya un poco antigua en el más noble sentido de la palabra que une sabiduría y ejemplaridad, la experiencia del estudio y la ejemplaridad que ello transmite y que tiene mucho que ver con la expresión vital de la inteligencia -destaca Luis Mateo Díez-; cuando el estudio y el trabajo se aplican a la vida dan ese perfil de honorabilidad y sentido de las personas. Estudioso, erudito, era uno de esos maravillosos seres humanos cuya ausencia deja a uno cada vez más huérfano, y que tiñen de sabiduria y experiencia vital nuestra existencia".
Valentín García Yebra era un académico y un ejemplar ciudadano obsesionado por el buen uso de las palabras, por el decir correcto, completo, exacto, la práctica normativa de la lengua, como refleja su libro "El buen uso de los palabras", obra que Luis Mateo Díez tuvo el honor de presentar. "En esa capacidad para solventar dudas invirtió mucho tiempo nuestro querido e inolvidable Valentín: fue muy puntillloso y obsesivo. Un maestro que imprime ese sentido moral de lo que son las palabras".
Con la tierra que le vio nacer, su pueblo leonés de Lombillo de los Barrios y su Ponferrada del alma tenía, sentía un profundo arraigo, una atadura muy grande desde su infancia: "Uno, que ha compartido mucho viajes con Valentín -recuerda Luis Mateo Díez- nunca olvidará su amor a las cosas, a las palabras, al mensaje de las gentes, a los libros, y a la naturaleza: Valentín era un gran conocedor de la madre naturaleza, una persona entrañable, que nunca olvidó al niño que fue, y a todo lo que aprendió desde su tierna infancia. De los pajaros atesoraba muchos nombres, recordaba cómo se les llamaba en su pueblo y en otros muchos rincones de España. Nos deja un patrimonio importante. Mantendremos el testigo", concluye Luis Mateo.
Y en la Academia (ocupaba la letra "n" minúscula, fue elegido el 26 de enero de 1984 y tomó posesión el 27 de enero de 19895) era "sin duda alguna uno de los trabajadores más acérrimos que ha habido. Tenía una conciencia casi puntillosa de lo que es el uso de la lengua; era un sabio en todo el mundo de las etimologías, con un gran sentido de la responsabilidad. He compartido en muchas ocasiones comisiones con Valentín y él era el mayor acicate para que no se divagara en estas sesiones, se fuera directamente al grano y para que no se perdieran los miembros de la Academia en charlas tertulianas. Era una persona muy cordial, muy entregado a la Academia y muy dedicado al buen hablar.
"Nací en Lombillos de los Barrios, en El Bierzo, frontera con Galicia, y allí, donde se habla un español correctísimo, siempre me encantó oír el habla gallega...", reconocía. Y de una cosa vino la otra y su aprecio por todas las lenguas de España, que consideraba una "riqueza", aunque subrayaba que "el castellano es la lengua superior de España, por su número de hablantes, por su extensión en el mundo. Sin duda alguna".
Como recordaba su también paisano y admirador de su obra Vicente Ángel Pérez en ABC, Valentín García Yebra "no ha cejado un ápice en su amor por el idioma y en su combate contra los enemigos que brotan a mansalva en los planes de enseñanza, en los medios de comunicación o en la educación audiovisual. En medio de esta escabechina del idioma, en estos tiempos en los que la palabra huera y abrupta es la que triunfa, García Yebra persiste en limpiarlo, fijarlo y darle esplendor, pese a que su empeño no encuentre el menor reconocimiento".
Valentín García Yebra nació en Lombillo de los Barrios, Ponferrada, el 28 de abril de 1917, una localidad situada en la comarca leonesa del Bierzo. Entró en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en 1947, fue autor de valiosas traducciones de autores clásicos y destacado defensor de la permanencia de los clásicos grecolatinos en el sistema educativo. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, se licenció en Filología Clásica (1944) y se doctoró con la tesis 'Las traducciones latinas de la metafísica de Aristóteles'. Ganó por oposición en 1945 la cátedra de Griego del Instituto de Enseñanza Media de Santander, y por entonces comenzó a alternar la labor pedagógiga con la traducción de lenguas vivas y clásicas. Entre 1955 y 1966 dirigió el Instituto Politécnico Español de Tánger, donde ostentó la cátedra de Griego, entre 1955 y 1966, y, luego, hasta 1969, fue responsable del Instituto Calderón de la Barca, en el que se encargó de la cátedra de Griego hasta 1974. Ese último año impulsó el Instituto Universitario de Lenguas Modernas y Traductores, creado por su iniciativa en la Universidad Complutense, y donde ejerció varios cargos y enseñó la materia de Teoría de la Traducción. Elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua en enero de 1984, a propuesta de Dámaso Alonso, Alfonso
García Valdecasas y Rafael Lapesa, para ocupar el sillón 'n', vacante desde la muerte de Jesús Prados Arrarte. Ingresó en la academia el 27 de enero de 1985 con el discurso 'Traducción y enriquecimiento de la lengua del traductor', y ha desarrollado un importante trabajo en las comisiones de Etimología y Gramática. Ingresó en la Academia Norteamericana de la Lengua Española en 1997.
García Yebra ha traducido numerosos libros del alemán, francés, inglés y portugués, como la "Medea" de Séneca, "De Amicitia" de Cicerón, "La guerra de las Galias" de Julio César, "El velo de Verónica" de Gertrude von le Fort, "Virgilio, padre de Occidente" de Theodor Haecker, "Teoría de la Literatura" de V.M. Aguiar e Silva, y 'La religiosidad popular en la Alta Edad Media' de Giordano. Es autor, entre otros libros, de: "En torno a la traducción. Teoría. Crítica. Historia" (1983), "Teoría y práctica de la traducción" (1984), "En torno a la traducción" (1989), "Traducción y estilo", "Dante y la cultura clásica" y "El leonés de los Ancares". Galardonado con el premio Nacional de Traducción (1998), recibió el premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades (2007). Además poseía el premio Nacional de Traducción de Bélgica (1964) por su versión de la obra de Charles Moeller "Literatura del siglo XX y cristianismo", premio Ibáñez Martín del CSIC (1971) por su edición trilingüe de "La metafísica de Aristóteles", premio Nieto López de la Academia de la Lengua (1982) y Medalla de Oro de la Cultura de Puerto Rico (1996). Fue distinguido con el premio Nacional de Periodismo 'Miguel Delibes' de la Asociación de la Prensa de Valladolid (2004) por su artículo "Desajustes gramaticales", publicado en la Tercera de su ABC del alma.
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