La expansión del español en el mundo empieza a dar síntomas de fatiga

El Cervantes certifica en su anuario que la demografía ya no da para más: pese a llegar a 600 millones de hablantes, el idioma crece cada vez menos

García Montero valora pide no caer en la «autocomplacencia» y aboga por construir una lengua fuete en los ámbitos de la ciencia y la tecnología

¿Un Ministerio de la Lengua? «El español nunca ha tenido una política de estado»

Luis García Montero, director del Instituto Cervantes EFE

Las cifras que rodean a la expansión del español son tan espectaculares que hasta ahora pocos se han cuestionado que el gigante quizá tuviera los pies de barro. Casi 600 millones de personas hablan el idioma en todo el mundo, 500 de ellas teniéndolo ... como lengua materna. Es la cuarta lengua con mayor volumen de hablantes, después del inglés, el chino mandarín y el hindi. Pero todos estos datos han venido dados por inercia, por una cuestión demográfica -el extraordinario crecimiento de la población en América Latina-, y ahora vienen curvas: a medida que avance el siglo, el español va a ir perdiendo peso.

Lo han venido advirtiendo últimamente expertos en la rama: el idioma empieza a mostrar síntomas de fatiga. el propio Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, refrendó ayer estos temores durante la presentación del anuario ‘El español en el mundo’. «Si nos fijamos solo en la demografía, debemos considerar que a lo largo del siglo no subirá tanto como la del África Subsahariana», aseguró. Como diría aquel, todos estos años hemos celebrado la natalidad. El anuario detalla que si entre 1950 y 2023 el número de hispanohablantes se cuadruplicó, incluso superando al inglés en los años 80, ahora toca retroceder. «A partir de 2009 se inició una senda descendente, que se mantendrá al menos hasta final de siglo hasta situarse en el 5 por ciento de la población mundial».

En estos momentos, el número de personas que tienen el español como lengua materna es 499.947.796. Esta cifra supone un aumento de 3,4 millones de personas respecto año pasado, señal de que el crecimiento sigue ralentizándose: en 2022 fueron cuatro millones y en 2021, seis. La cifra de los 600 millones (en concreto 599.405.122) corresponde a los usuarios potenciales; esto es, a la suma de los nativos, los usuarios de competencia limitada (76.422.128) y los aprendices como segunda lengua o lengua extranjera (23.035.198). Casi 500 millones de personas hablan español en el mundo con plena competencia y otros 100 lo chapurrean, debería decirse. Es un total del 7,5 por ciento de la población mundial.

 

Este año hay 713.000 estudiantes menos. La caída del año pasado ya fue de 325.000. Entre las razones de este retroceso, según el informe, están el efecto del Covid, que ha golpeado con fuerza en la comunidad hispana, y que en Brasil el español ha desaparecido de los planes de estudio. En términos absolutos, el anuario detalla que habrá un pico de 718 millones de personas con distintos grados de dominio del idioma en 2071. A partir de entonces, se irá reduciendo hasta los 693 millones.

Todos estos indicadores llevaron a García Montero a evitar la «autocomplacencia». Ya «no basta solo con la demografía, ni siquiera con el prestigio cultural de ser la lengua de Cervantes o de Santa Teresa de Jesús», dijo. Es necesario «organizar el español en el mundo». El director del Cervantes dijo que hay que incrementar la presencia del idioma en la ciencia y en la tecnología, sobre todo ahora con la inteligencia artificial. García Montero señaló también la necesidad de abordar políticas panhispánicas, así como «mirar con especial atención a Asia y a situaciones en el África Subsahariana».

Algunos organismos como el Observatorio Nebrija del Español o el libro ‘Los futuros del español’ han planteado en los últimos meses que es necesario aplicar una política de Estado y una mejor coordinación de los distintos entes que trabajan con el idioma. A esto se refirió el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, que llegó con más de hora y media de retraso al acto que debía presidir. Hizo referencia a los nubarrones que se presentan en el futuro y defendió que ha hecho un esfuerzo desde Exteriores por «dotar de coherencia a una arquitectura compleja», pues «hay muchas administraciones implicadas». Esta es una de las grandes quejas: que hay organismos que se solapan en sus funciones. Igualmente, Albares defendió que el español «tiene que convertirse en un generador de empleo y crecimiento económico».

Peso en Estados Unidos

El anuario hace también referencia al reto de mantener el uso del español entre las segundas y terceras de generaciones de hispanos en Estados Unidos, donde esta comunidad representa el 18,9 por ciento de la población total. Con más de 62,5 millones de hispanos conforman la minoría más numerosa de Estados Unidos. Al respecto, García Montero destacó que el 85 por ciento de hispanos no consideran obligatorio hablar español para sentirse de esta comunidad: «Esto se debe al interés de intentar ridiculizar el español para no facilitar una sociedad bilingüe y decir que es una lengua de pobres». Aún el 67,6 por ciento de los hispanos utilizan el español en el entorno familiar. El objetivo es mantener ese porcentaje en unos niveles altos. El Cervantes ve «crucial» que haya centros como el de Alburquerque para trabajar en esta dirección.

El informe del Cervantes dedica un capítulo a la presencia del español en la ciencia en internet, y la conclusión es que es la segunda lengua en la que más documentos de carácter científico se publican, pero muy por detrás del inglés. Se calcula que en 2022 el 94 por ciento de artículos que figuraban en la base de datos 'Web of Science' fueron redactados en inglés frente al 1,3 por ciento hechos en español. También se abordan en el anuario cuestiones como la lengua de signos, el lenguaje administrativo y el lenguaje inclusivo, esa distinción entre hombres y mujeres que tanto da que hablar.

Sobre el machismo o no de la lengua, Estrella Montolío, de la Universidad de Barcelona, reconoció que el «desdoblamiento sistemático es complicado», pero comentó algunos datos que ponen de manifiesto «una falta de escucha de la voz femenina, como si no tuviera suficiente autoridad». Según la catedrática de Lengua Española, se ha certificado que en el Congreso las mujeres aún siguen hablando menos que los hombres, pese a que se ha alcanzado la paridad, que a los hombres se les retuitea diez veces más o que las publicaciones científicas firmadas por hombres reciben un número de citas mayor que las de las mujeres.

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Sobre el autor Jaime G. Mora

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la UCM y Máster ABC

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