Tamara: «A día de hoy sí estaría preparada para participar en Eurovisión»

A sus 31 años, Tamara Macarena Valcárcel (Sevilla, 1984) acaba de «estrenar década», viene de celebrar 15 años en la música con una gira en la que ha recuperado incluso aquel «Colores en el viento» que interpretó por primera vez en televisión (siendo niña, en el programa «Menudas estrellas») y acaba de ser madre por cuarta vez . «Ha habido cambios bastante importantes en lo profesional y en lo personal», dice al justificar el giro estilístico emprendido en su duodécimo disco de estudio, «Lo que calla el alma» (Carlito Records), que, sin salirse de su estilo, que es el melódico y romántico», suena más pop y fresco en cortes como el sencillo «Si tú quisieras».

Se trata de una composición inédita de José Abraham, el principal letrista de este álbum y con el que ya había colaborado en el pasado, un sevillano que, como ella, gusta de las composiciones de cariz latino. «Yo he crecido en el mundo de la copla y el flamenco, que es muy de raíz, y el bolero también lo es en el fondo, así que estoy usando las armas que aprendí del flamenco en los estilos que me gustan, que también son muy pasionales», afirma esta nieta del cantaor Rafael Farina.

«Fundamental» en la definición de ese sonido «más actual» ha sido la aportación del ecuatoriano Daniel Betancourt, productor «escogido a propósito» y que venía de la mano de Kike Santander, tras colaborar con artistas como David Bisbal. Su nuevo álbum llega después de tres álbumes consecutivos de versiones : «Más» (2011), homenaje al mexicano Marco Antonio Solís; «Tamara y Moncho, Encadenados. Un homenaje al bolero» (2012); e «Incondicional. A Juan Carlos Calderón» (2013).

Ya tocaba un disco de temas inéditos, reconoce la artista, que con «Lo que calla el alma» ha dejado en tablas (seis a seis) el balance entre los trabajos con temas prestados y los de composiciones inéditas. «A lo mejor le gusta más a la gente verme cantando versiones que canciones inéditas, pero hay que tocar todas las variantes dentro de mi estilo», justifica Tamara, que se ha atrevido incluso a realizar una composición propia, «Contigo siempre», que mantiene guardada para lanzarla el año próximo en plataformas digitales. Con todo, ella lo deja claro: «No soy compositora, soy intérprete».

Lo dice muy cerquita de Héctor, su cuarto hijo, de apenas tres meses, que la acompaña en este periplo promocional por toda España, mientras sus hermanos mayores aguardan su regreso en Barcelona. «Mis niños tienen su estabilidad y su hogar, necesitan un rutina y no quiero descolocarles. Como madre no me lo perdonaría» , dice sobre la posibilidad de viajar con ellos en sus giras.

Tamara reconoce que «en algunos momentos es difícil conciliar la vida familiar con esta profesión, pero se puede hacer». Eso sí, en un momento dado, también tendría claro de qué lado decantarse. «Adoro mi trabajo, pero más adoro a mi familia, para mí es lo prioritario», afirma.