Descubren quién pudo vender el misterioso manuscrito Voynich al emperador Rodolfo II
Una investigación alemana de los diarios de cuentas imperiales ha identificado un registro que permite ir un poco más allá
Corresponsal en Berlín
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Iniciar sesiónEs reconocido como el manuscrito más misterioso del mundo y su misterio radica tanto en su ilegibilidad como en su autoría y propiedad. El investigador alemán Stefan Guzy cree haber arrojado luz sobre ese último factor de la intriga, al establecer como ... propietario anterior a los hasta ahora conocidos al botánico Leonard Rauwolf (1535-1596), que entre 1573 y 1575 realizó una expedición por el Levante mediterráneo y Mesopotamia en busca de plantas medicinales desconocidas y publicó después un herbolario y un libro de viajes. El hallazgo se ha producido gracias a un exhaustivo rastreo archivos del Sacro Imperio Romano Germánico.
Gracias a una carta del siglo XVII escrita por el médico real Johannes Marcus Marci se sabía que el manuscrito Voynich estuvo en poder del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Rodolfo II, quien la compró a un vendedor no identificado por 600 ducados, o monedas de oro, en algún momento entre 1576 y 1612.
Un estudio de los diarios de cuentas imperiales de la corte de Rodolfo II ha permitido al investigador alemán Stefan Guzy, de la Universidad de las Artes de Bremen, identificar un registro que permite ir un poco más allá. Guzy no ha respondido a la petición de ABC de comentar este descubrimiento, cuya base reside en una de las 126 entradas en el diario de cuentas referidas a transacciones de libros, del total de las casi 7.000.
En esta entrada consta que, en 1599, el médico Carl Widemann vendió una colección de manuscritos a Rodolfo II por 500 táleros de plata, cantidad citada en otro registro por su equivalente en oro, 600 florines. Otro registro se refiere a la colección como 'libros notables/raros' y que fueron transportados en un barril pequeño, escribe Guzy en su trabajo de investigación, publicado en las actas de la primera ConferenciaInternacional sobre el Manuscrito Voynich 2022.
De esta manera, los libros de cuentas imperiales de la Hofkammer (Cámara Imperial) de Viena y Praga han aportado una nueva clave: la única transacción por 600 monedas de oro anotada es esta y se trata muy posiblemente de la referida por Johannes Marcus Marci en su carta. «Casi todas las transacciones monetarias del emperador se realizaron en florines, generalmente florines renanos, y muy pocas en táleros o ducados; así que creo que la información en la carta solo pretendía ser 'monedas de oro', que son tanto florines como ducados», ha declarado Guzy a The Art Newspaper, «incluso si se hizo un trato con ducados o táleros, los florines generalmente se usaron para la transacción final».
La gran travesía
A partir de ahí, la biografía de Carl Widemann conduce a nuevas deducciones: Widemann vivió en la casa de Augsburgo del conocido botánico Leonard Rauwolf y comenzó a vender libros al emperador inmediatamente después de la muerte de este y de su viuda, que no habían tenido hijos. Rauwolf poseía una pequeña colección de libros, entre los que figuraban «libros raros» y de la que hay constancia parcial en archivos. Parece probable que Widemann heredase al menos parte de ella, o que de alguna manera se hubiera hecho con libros procedentes de esa biblioteca, que después vendió al emperador.
Estos hallazgos permiten ahora investigar el manuscrito a la luz del viaje que realizó Rauwolf en busca de nuevos conocimientos botánicos, toda una aventura no exenta de enormes presiones comerciales. La expedición fue posible gracias a su cuñado, Melchior Manlich, que esperaba un retorno rentable y puso a disposición Rauwolff sus contactos en Trípoli y en el Líbano.
La aventura comenzó en Augsburgo, con una primera parada en Marsella, desde donde embarcó en 1574 con rumbo a Trípoli. Permaneció muchos meses en Alepo y desde allí visitó Bagdad y Mosul, realizando el viaje de vuelta por Jerusalén. Fue el primer botánico europeo post-medieval que viajó a estos territorios y es muy posible que en ellos se hiciera con el libro o lo elaborase en lengua cifrada para evitar el espionaje. Sin embargo, en sus posteriores publicaciones sobre botánica, a pesar de su valor científico, no se aprecian descubrimientos tan sorprendentes que justificasen semejantes cautelas. Se llevó a la tumba el secreto sobre el manuscrito.
MÁS INFORMACIÓN
En 1588, cuando Augsburgo vuelve al catolicismo, como líder de la oposición protestante prefirió trasladarse a Linz, donde ejerció como médico durante otros ocho años, hasta que se unió a las tropas imperiales en la lucha contra los turcos en Hungría y falleció en el sitio de Waitzen.
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