Acusado por expolio el responsable de un museo privado de Tarragona que exponía cascos de Aratis

Este abogado y economista de 66 años, socio del bufete RocaJunyent y actualmente en libertad con cargos, ha negado en conversación telefónica con ABC los delitos de los que se le acusa y ha asegurado que "la gran mayoría de las piezas están en poder de la fundación desde los años 90 y 2000", por lo que "habrían prescrito". En todos los casos, añade Segarra, cuenta con las facturas de compra de anticuarios y coleccionistas y con certificados que facilitó a la Policía. "El expolio me lo tendrán que explicar", subraya.

Entre los 55 bienes arqueológicos que se incautaron los agentes por mandato judicial, su posterior estudio mostró que 18 eran falsificaciones, pero las otras 37 piezas auténticas están consideradas "de gran importancia", según resaltan fuentes policiales. Entre ellas destacan cinco cascos: dos romanos de tipo montefortino y otros tres de origen celtibérico vinculados a la expoliada ciudad celtibérica de Aratis (Aranda de Moncayo, Zaragoza). Son "piezas icónicas" cuya existencia hasta ahora era "desconocida", señalan a ABC dichas fuentes. 

Dos de los cascos celtibéricos de bronce son del tipo hispano-calcídicos, un modelo autóctono que versiona los que usaban los antiguos guerreros del mundo helénico, y están datados hacia el III a.C. Son similares a los que fueron depositados en el Museo de Zaragoza tras la sentencia del Tribunal Supremo dictada el 19 de junio de 2020. Esta sentencia consideró como un hecho probado el origen ilícito de todos los materiales vinculados con el yacimiento de Aratis y su entorno, expoliados de manera sistemática desde su hallazgo casual a finales de los años ochenta.

El tercer casco celtibérico, una variante única del tipo Alpanseque - Almaluez, cuya cronología se sitúa entre los siglos IV y III a.C., es también una pieza de "extraordinario valor arqueológico", según la Policía.

Segarra relata a este periódico que los dos cascos calcídicos fueron comprados en anticuarios de Barcelona y proceden de conocidas colecciones particulares, mientras que el tercero lo adquirió en una de las subastas de la casa especializada Hermann Historica en Munich, en las que se vendieron ocho cascos calcídicos de Aratis que acabaron en el Musée d’Art Classique de Mougins (Francia) y en manos privadas. "El Estado español no fue a la subasta", dice. Y señala, además, que los otros dos cascos incautados fueron adquiridos en un anticuario en Madrid.

La Policía indica que de Aratis y su entorno proceden asimismo otras piezas incautadas que junto a los cascos fueron trasladadas a Zaragoza para su estudio por técnicos del Gobierno de Aragón. Entre ellas figuran discos coraza o kardiophylakes, numerosas piezas metálicas de forma tetralobulada que servían como adorno personal de los guerreros, umbos de escudo, placas de cinturón, un tahalí o cinturón de garfio o placas pectorales utilizadas con carácter ornamental. Entre estas últimas, destaca una pieza calada "excepcional por su rareza e integridad", según fuentes policiales, ya que hasta ahora únicamente se habían hallado fragmentos mínimos de piezas similares.

El nexo entre el yacimiento de Aratis y los bienes del museo tarraconense queda manifiesto en los informes periciales, donde se indica que una de las placas recuperadas es idéntica a otra intervenida a los acusados de la referida causa. Esto prueba, según la nota policial, que "ambas piezas fueron creadas mediante el uso de un único troquel, probablemente por un mismo artesano, dentro de un mismo lote o serie de producción".

La intervención policial también afecta a otras piezas con origen principalmente en Andalucía, que han sido analizadas por expertos designados por el Ministerio de Cultura y Deporte. Destacan entre ellas cuatro fragmentos de un mosaico tardorromano que los investigadores identificaron indudablemente como procedente de expolio, ya que contaban con la imagen del mosaico íntegro antes de que fuera troceado por los expoliadores para su venta en el mercado ilícito. Según fuentes policiales, el estado de conservación de estos fragmentos es "muy delicado".

Igualmente se recuperaron dos esculturas íberas que, debido a su mal estado de conservación, quedaron depositadas en el museo a disposición judicial.

Todas las piezas se encontraban expuestas en el museo, que se visitaba mediante reserva telefónica.

El presidente de la Fundación Privada Catalana para la Arqueología Ibérica está "convencido de que el caso quedará archivado", como según refiere ocurrió con el del toro íbero, por haber prescrito el delito. "Tenemos un fallo favorable del juzgado de Valls por el toro, que hemos pedido que se nos devuelva, y pensamos que hará lo mismo", dice. "La Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía debería saber de prescripción", añade.