Dani Mateo y el humor sobre los símbolos
ESTO NO ME HACE GRACIA: Un viaje por nuestros humores
¿No sería más adulto mirar a otro lado si algo no te gusta que ansiar una cómoda -si caes en el lado bueno, claro- dictadura?
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Iniciar sesiónDani Mateo y la bandera
«El juez de instrucción número 47 de Madrid ha archivado este miércoles la causa penal contra el cómico Dani Mateo por sonarse los mocos con la bandera de España en un programa de televisión. El magistrado, que califica la actuación del humorista de « ... muy desafortunada y provocadora», considera que no ha quedado acreditado que Dani Mateo tuviera ánimo de ultrajar los símbolos nacionales, una intención necesaria para apreciar el delito» (ABC, 16-01-2019).
De esta manera cerraba el juez, con el apoyo de la fiscalía, la denuncia presentada por la organización Alternativa Sindical de Policía donde se acusaba al cómico de delitos de ofensas o ultraje a los símbolos de España, efectuado con publicidad, y delito de odio. Un dudoso honor: el ultraje a símbolos nacionales, un delito que muchos juristas ponen en brete por anticonstitucional, y el delito de odio, calificado por el profesor de derecho Victor J. Vázquez como «idea nociva» para el mundo jurídico.
¿Cómo acabamos aquí? A finales de octubre de 2018, el cómico Dani Mateo, a partir de un guion de 'El intermedio' (La Sexta) donde él interpretaba un papel, simuló limpiarse los mocos con la bandera de España en un gag humorístico. Esto desató una turba de indignados que tomaron como literal lo que era una crítica al uso partidista de las banderas. El humorista reaccionó pidiendo disculpas a los ofendidos, casi uno a uno mediante su cuenta de Twitter. No bastó: acabó en el juzgado.
'Every sperm is sacred'
«Hay judíos en el mundo./ Hay budistas. /Hay hindúes y mormones, y luego/ Están los que siguen a Mahoma, pero/ Nunca he sido uno de ellos. /Soy católico romano,/ y lo he sido desde antes de nacer,/ Y la única cosa que dicen de los católicos es:/ Te aceptarán en cuanto estés caliente./ No tienes que medir 1,80 m./ No tienes que tener un gran cerebro./ No tienes que tener nada de ropa/ Eres católico desde el momento en que se corrió papá,/ Porque/ Cada esperma es sagrado./ Cada esperma es grande./ Si un esperma se desperdicia,/ Dios se enfada bastante» (Monty Python, 1983).
otros viajes por nuestros humores
La Biblia
El artículo 525 del Código Penal «castiga a los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican». ¿Los Monty Python podrían haber firmado la canción anterior sin ser denunciados o linchados hoy día? ¿Y 'La vida de Brian'?
El Corán
««Comunico al orgulloso pueblo musulmán del mundo que el autor del libro Los versos satánicos –libro contra el islam, el Profeta y el Corán– y todos los que hayan participado en su publicación conociendo su contenido están condenados a muerte. Pido a todos los musulmanes que los ejecuten allí donde los encuentren.» (...) Aquello no era una condena decidida por un tribunal que él reconociese como tal, ni con jurisdicción sobre él. Era el edicto de un viejo cruel, moribundo. (...) Ahora tenía un nuevo yo. Era la persona en el ojo del huracán: no el Salman que sus amigos conocían, sino el Rushdie autor de 'Los versos satánicos'» (Salman Rushdie, Joseph Anton: memorias, 2012).
Salman Rushdie no podría haber escrito 'Los versos satánicos' sin ser condenado a muerte. Lo mismo ocurrió con la revista satírica Charlie Hebdo. Dicha pena no fue dictada en su país, ni en ningún país del primer mundo. Se trata de una condena que traspasa fronteras y legalidades: pulula en el ambiente hasta que un ejecutor decide cumplirla. A tiros en una redacción parisiense, a cuchilladas en un estrado de los USA. Los Estados democráticos se definen por tolerar la sátira y la befa. Las teocracias, no.
Que se rían de tus símbolos es tu triunfo
O, al revés, no permitir que se rían de tus símbolos es una prueba de tu derrota. «Las ciudades habitadas por personas procedentes de todas partes y por sus descendientes», escribe Timothy Garton Ash en su ensayo 'Libertad de palabra', «también tienen furiosas peleas sobre centros islámicos, marchas sectarias y obras y libros controvertidos. Estas ciudades son golpeadas por el odio de sus vecinos, la intolerancia a lo diferente, las exigencias de censura y autocensura».
Es decir: la civilización tiene estas consecuencias: estamos expuestos, en una sociedad múltiple, contradictoria, interconectada, a miles y miles de estímulos que nos desagradan. No existe, además, el derecho a no ser ofendido y, por tanto, no existe el derecho a ser resarcido por una ofensa a un símbolo. Ojalá el modelo a seguir fuesen las democracias avanzadas, donde no se persiguiese judicialmente a un cómico o, en su lado más siniestro, no se condenase a muerte a nadie del Hebdo o a Salman Rushdie. ¿No sería más adulto mirar a otro lado si algo no te gusta que ansiar una cómoda -si caes en el lado bueno, claro- dictadura?
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