Cinco minutos de gloria
No seamos boludos
Siempre ha abundado el perfil del remilgado malpensante. ¿Será que me estoy polarizando?
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La serie argentina 'Nada', protagonizada por Luis Brandoni
Hoy damos por clausuradas las navidades y se apagan sus luces. No crean que lo afirmo con pena. Doy palmas. Hacía tiempo que no sufría tanto mi maltrecha sensibilidad expuesta a las orgías lumínicas de moda. Para el año que viene sugiero que ubiquen en ... cada rincón de cada pueblo, capital o ciudad, un cartel donde avisen de los efectos estroboscópicos por los flashes, los colorines, los renos combinados con fresas salvajes en los adornos… Ya se notifica en algunas películas y series de televisión de esos posibles desvaríos visuales causados por las imágenes parpadeantes, sicodélicas, igual que prevén si pudieran sobresaltar las secuencias de sexo y las palabras malsonantes e, incluso, el 'fumeque'. Siempre ha abundado el perfil del remilgado malpensante. Pero, no seamos boludos, que diría un argentino de pro.
Sí, me polarizo porque no soporto a quienes viven instalados en la polaridad, sea del signo que sea
¿Será que me estoy polarizando? Polarizar es la palabra del año –que acaba de largarse sin nostalgia, también– elegida por la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE). En el 2022 nos intoxicamos con los microplásticos. Nos los tragamos hasta en los menús estrella Michelin, y ahora estamos polarizados. Cada uno en un polo y algún dios ¿pagano? en el de todos. Sí, me polarizo porque no soporto a quienes viven instalados en la polaridad, sea del signo que sea, y pretenden hacernos comulgar con boludeces varias. Por ejemplo, no seamos boludos porque no se puede dar por válido, sin atisbo alguno de autocrítica, que vuelva a reinar la dictadura de los récords de visitantes en los museos y nos lo vendan como una 'feliz' noticia de fin de año mientras las fotos muestran salas atestadas, como si se transitara por una avenida con un velázquez en el escaparate. Será que me estoy polarizando...
Como cierre, recomiendo dos series de televisión argentinas –allí hay vida más allá de Javier Milei y su ley– que abusan de lo boludo, y hasta de lo pelutodo (un grado más) con arte: 'Nada' y 'El encargado'. De ellas vendrá mi inspiración frente a futuras sobredosis estroboscópicas.