Crítica de Arte
José Manuel Ballester y Ortega Muñoz: dos hombres, dos épocas y un mismo horizonte
Pintura y fotografía
Ortega Muñoz y José Manuel Ballester, pintura y fotografía, dialogan sobre el paisaje en el MEIAC de Badajoz. Crítica de Laura Revuelta
Otros textos de la autora
Sala del MEIAC con obras de José Manuel Ballester (en primer término) y Ortega Muñoz
Badajoz puede ser un lugar muy remoto para casi todo. Más cerca de Lisboa que de Madrid. Olvidado por unos y por otros. Al margen de cualquier ruta del arte, de las exposiciones... Pero hay vida y se hacen cosas, y de las buenas. De ... hecho, allí se encuentra uno de los museos de arte contemporáneo más veteranos de España, el MEAIC, sito en una antigua cárcel de la ciudad, y también una de esas pequeñas fundaciones de artistas 'locales' que, para lo pequeñas que son, dan mucho de sí. Tal es el caso de la que vela por la memoria y la obra del pintor pacense Godofredo Ortega Muñoz (San Vicente de Alcántara, 1899-Madrid, 1982). Los esfuerzos, con muy escasos medios y personal, a veces 'producen' milagros como el de esta muestra recién inaugurada que pone en paralelo los paisajes de Ortega Muñoz con las fotografías de José Manuel Ballester (Madrid, 1960).
Original idea, por que, ¿qué pueden tener en común la obra de un pintor muy de su época (primera mitad del siglo XX) con un artista muy de la suya (las imágenes y tecnologías de la actual centuria)? Expuestos en paralelo, como sucede en las salas del MEIAC, todo: parecen almas gemelas. Nunca dos horizontes tan aparentemente lejanos se han juntado con tanta armonía e igualdad de condiciones, perspectivas comunes. El origen de colocar en paralelo ambas obras, ambas líneas de investigación creativa, parte de Javier González Durana (asesor artístico de la Fundación) con el objeto de reactualizar la obra de Ortega Muñoz, darle su lugar en el arte no solo del último siglo, sino también entre ciertas vanguardias y lenguajes más contemporáneos.
Sin duda, Ortega Muñoz fue un pintor memorable al que se le puede encuadrar dentro de los mejores de la escuela paisajista tan en boga en aquellos años de principios del siglo XX. Y, sin duda, José Manuel Ballester es uno de los grandes fotógrafos que ha dado el arte español en las últimas décadas, especializado en toda clase de paisajes, de lo industrial a lo arquitectónico, siempre jugando con la desolación, con el vacío existencial, con la nada.
Ortega Muñoz, como explica muy bien Durana, cuanto más se le estudia más detalles se le extractan hacia una abstracción luego descubierta en otros pintores de referencia (Hernández-Mompó....). Para Ortega Muñoz, la línea del horizonte de sus paisajes nunca está fija, no resulta anodina ni convencional, y eso comulga con los encuadres de Ballester. Observando la obra de ambos colgadas en estas salas, me viene a la memoria aquello que decía John Ford (según recuerda Spielberg en su última película 'Los Fabelman') sobre los encuadres cinematográficos y cómo el horizonte nunca debe situarse en el centro de la imagen. Nada menos creativo, menos arriesgado... Más convencional.
José Manuel Ballester y Godofredo Ortega Muñoz
Paisajes pensados. MEIAC. Badajoz. C/ Museo, s/n. Comisario: Javier González Durana. Producción: Fundación Ortega Muñoz. Hasta el 31 de marzo de 2024
¿Quién sabe si el maestro Muñoz sabía de las reglas de Ford y si Ballester las ha hecho suyas en sus imágenes? Especular por especular. Pero sí algo está claro en estas salas es que en las líneas de los horizontes que aquí se dibujan quedan escritas historias de tierras infinitas (Extremadura, Canarias, Castilla...), perdidas, encontradas, ancestrales, anónimas, discretas... Terruños de ayer y de hoy.