ARTE
Historias (de vanguardia) por contar en José de la Mano y Guillermo de Osma
Madrid
Las galerías Guillermo de Osma y José de la Mano ofrecen sendas relecturas de capítulos esenciales del arte español
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Las galerías de arte ocupan un lugar periférico en las narrativas tradicionales del arte contemporáneo. Su carácter privado y su marco comercial tienden a eclipsar que algunas han logrado crear importantes contextos de exhibición pública, capaces incluso de subsanar vacíos institucionales.
En España, dos referentes ... de este modelo son Guillermo de Osma y José de la Mano, cuyas visiones han trascendido la búsqueda del 'artista de moda' para centrarse en rescatar creadores y movimientos relevantes del siglo XX, olvidados o marginados en el discurso académico. Para ello, colaboran habitualmente con comisarios, historiadores, críticos y coleccionistas, desarrollando proyectos de envergadura que abren nuevas líneas de investigación.
Actualmente, ambas galerías exhiben propuestas que se pueden interpretar como capítulos consecutivos, al ofrecer sendas relecturas de paradigmas culturales del arte español del siglo XX. Por un lado, se examina la renovación figurativa, que se despliega desde las primeras décadas hasta la fractura provocada por la Guerra Civil; por otro, se abordan los debates sobre las tendencias abstractas que proliferaron durante el franquismo desarrollista y, en concreto, la variante geométrica impulsada por firmas femeninas.
Ambicioso recorrido
En Guillermo de Osma, comisariada por el propio galerista junto a Míriam Sainz de la Maza y Javier Pérez Segura, se presenta un ambicioso recorrido por más de ochenta piezas –muchas inéditas– de más de sesenta artistas. Se trata de obras vinculadas a las tendencias que transformaron el panorama cultural español entre 1914 y 1936 bajo el nombre de 'Arte Nuevo', término empleado por algunos creadores para definir el instante en que la radicalidad de las primeras vanguardias dio paso –entre otras fórmulas– al retorno al orden, a la nueva figuración y a la apertura de caminos hacia exploraciones postcubistas, como el Purismo, y a la difusión de la poética surrealista.
La elasticidad del concepto permite agrupar obras de diversa ambición estética y grados disímiles de innovación formal, conformando un inventario tan heterogéneo como deslumbrante que traza numerosos caminos: algunas piezas amplían el imaginario visual de grandes maestros (como las espléndidas obras de Juan Gris, Manuel Ángeles Ortiz o Benjamín Palencia), mientras que otras revelan vínculos poco explorados (tal es el caso de Esteban Francés y su obra inédita dedicada a Yves Tanguy, o de la decalcomanía firmada al alimón por Óscar Domínguez y Marcel Jean).



La exposición también muestra cómo, en estos primeros indicios de la Modernidad, las mujeres desempeñaron un papel esencial. Su legado se plasma en magníficas obras de nombres ya canónicos, como Sonia Delaunay, María Blanchard, Rosario de Velasco y Maruja Mallo, junto a propuestas de artistas menos reconocidas, pero de notable aporte estético, como Olga Sacharoff o Victoria Durán.
Las complejas relaciones que unen estos nombres entre sí y con el sistema cultural de su época se desglosan en un imprescindible catálogo que recopila diversos ensayos, cuya lectura permite aclarar el horizonte de ese momento de ina- barcable ebullición creativa, previo a la Guerra Civil y a la desaparición de los cauces para la libre expresión.
La propuesta de la galería José de la Mano, 'Geométricas en España [años 50, 60 y 70]', es más modesta en cuanto a nombres y obras, pero resulta también fascinante por su compleja revisión del debate sobre la vanguardia abstracta geométrica, analizado desde una perspectiva feminista, en aquella España que, tras el periodo de autarquía, aspiraba a integrarse en los debates de la modernidad.
Comisariada por Isabel Tejeda, la cita toma como punto de partida aquellas figuras de visibilidad relativamente constante –como Elena Asins,Soledad Sevilla o Aurèlia Muñoz– y las pone en diálogo con discursos en proceso de restitución, como el de Jacinta Gil (cuyas piezas de finales de los años 50 fueron propuestas para la Bienal de Alejandría de 1959), con otros nombres que hoy comienzan a despertar gran interés en exposiciones retrospectivas o tesis a nivel nacional, tales como Pepa Caballero –actualmente protagonista de una retrospectiva en el CAAC de Sevilla– o Inés Medina, cuya primera etapa profesional, entre 1978 y 1995, es ahora motivo de una gran exposición en Artium de Vitoria.

Arco temporal del siglo XX español
'Arte Nuevo: 1914-1936'. Colectiva. Galería Guillermo de Osma. Madrid. C/ Claudio Coello, 4. Comisarios: Míriam Sainz de la Maza, Javier Pérez Segura y Guillermo de Osma. Hasta el 14 de mayo. Cuatro estrellas.
'Geométricas en España [años 50, 60 y 70]'. Colectiva. Galería José de la Mano. Madrid. C/ Zorrilla, 21. Comisaria: Isabel Tejeda. Hasta el 26 de abril. Cuatro estrellas.
Asimismo, se incluyen otros nombres que la galería ya había puesto en valor en respectivas muestras individuales, como Ana Buenaventura o Lola Bosshard. Con todo, la auténtica firma de la casa, que ha posicionado al equipo de José de la Mano como verdaderos 'arqueólogos' del arte contemporáneo, reside en los nuevos descubrimientos de discursos realmente avanzados para su época, pero poco estudiados, que en esta cita se encarnan en la obra de Elvira Alfageme, María Droc, Amparo Cores o Angiola Bonanni, esta última, la única en activo.
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