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ABC Cultural

Los insultos secretos de Orson Welles

Llamó «odioso» a Spencer Tracy, «estúpido» a Laurence Olivier y «arrogante» a Charles Chaplin, según unas grabaciones inéditas del cineasta

Los insultos secretos de Orson Welles

federico marín bellón

No es ningún secreto que el rodaje de «Casino Royale» fue un desastre, entre otros motivos porque Peter Sellers se negaba a rodar sus escenas junto a Orson Welles, según la versión más extendida porque se sentía intimidado. También se sabe que Welles estuvo a punto de mantener una guerra paralela con Hemingway, en una taberna de Madrid, mientras las dos Españas se mataban con menos talento. El diario británico «The Guardian» nos cuenta ahora que el director de «Ciudadano Kane» podía ser muy crítico con sus compañeros de trabajo, según ha podido comprobarse gracias a unas cintas encontradas, cómo no, en un garaje. Welles le pidió a su amigo Henry Jaglom que las guardara, con idea de utilizarlas más tarde para publicar una autobiografía. La inesperada muerte del genio, víctima de un infarto a los setenta años, truncó sus planes.

Orson Welles (1915-1985) hablaba bien de algunos colegas, por supuesto. Admiraba a John Wayne y a Joseph Cotten, su actor favorito, pero lo más jugoso de las grabaciones son sus exabruptos, dirigidos a medio Hollywood. Empezó con «La guerra de los mundos» y termina ahora, de forma póstuma, con esta versión libre de «Star Wars». Por fortuna, la inmensa mayoría de sus víctimas ya no pueden ofenderse, aunque alguna de ellas, como Joan Fontaine – de quien dijo que «sólo tenía dos expresiones»– sigue viva y cada vez más cerca de cumplir su primer siglo.

De Laurence Olivier, decía que era «estúpido». A Spencer Tracy lo consideraba «odioso» y a Charles Chaplin, «arrogante ». Con Bette Davis la animadversión era física; no la podía ni ver. También opinaba que James Stewart, un tipo casi intocable durante toda su carrera, era un «mal actor». «Incluso Grace Kelly está mejor en “La ventana indiscreta”, una de las peores películas» que había visto en su vida, del «sobrevalorado» Alfred Hitchcock.

«Mis comidas con Orson»

Como se ve, si alguna virtud tienen los ataques de Welles es que no se cebaba con los débiles, ni criticaba más a un sexo que al otro. Sus diatribas fueron grabadas durante sus largas comidas con Jaglom, un director, guionista y actor no demasiado conocido. De hecho, el orondo realizador falleció poco después de una de aquellas reuniones gastrómico-viperinas. El 16 de julio serán publicadas bajo el título «Mis comidas con Orson». El historiador cinematográfico Peter Biskind ha adelantado parte de su contenido, que muestra a un Welles especialmente destemplado. «Orson se suelta la melena», corroboró Biskind al «Observer ». «No es un gran director entrevistado por un periodista. Habla con un amigo y es libre para cotillear».

En efecto, la sed de mal del director queda patente en sus comentarios sobre algunas conocidas parejas. De Richard Burton, cuyo talento reconocía, dijo que se había convertido en «un chiste casado con una famosa» (Elizabeth Taylor). «Ahora trabaja por dinero y hace la peor mierda». A Spencer Tracy lo tachó de «odioso» por no saber sobrellevar su relación con Katharine Hepburn. Marilyn Monroe tampoco se libra. Según dice, mucho antes de que se convirtiera en una estrella «solía llevarla a fiestas para promocionar su carrera, pero nadie le dirigía ni una mirada».

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