Una carta al secretario de Pío XII reabre el debate sobre el Papa y el Holocausto
La carta de diciembre de 1942 revelaba la existencia de hornos crematorios en Bełżec, pero no prueba que el pontífice fuera informado
'Los archivos secretos del Vaticano': el misterio de la relación entre el Papa Pío XII y Adolf Hitler
Corresponsal en el Vaticano
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Iniciar sesiónDesde que el 2 de marzo de 2020 el Vaticano abrió a los expertos el archivo de Pío XII, cientos de estudiosos escarban en la mole de fichas y folios para dar con un texto que aclare de una vez por todas ... qué sabía exactamente el Papa sobre el exterminio de judíos emprendido por los nazis y por qué no lo denunció con contundencia. Un archivista del Vaticano ha dado con una importante pista que arroja luz sobre lo ocurrido y abre nuevos interrogantes.
Giovanni Coco ha dado a conocer esta semana un folio amarillo mecanografiado con letras azules que es la primera referencia sobre el exterminio de judíos que llega a la oficina del entonces pontífice. La documentación publicada no permite aclarar si Pío XII fue puesto al corriente del contenido de la misiva.
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La carta, redactada en alemán, está dirigida al jesuita alemán Robert Leiber, secretario privado del pontífice. Está encabezada con una fecha, '14.12.42', 14 de diciembre de 1942. La firma otro jesuita, Lothar König, ligado al Círculo de Kreisau, una red de la resistencia formada por católicos y protestantes que participó en la Operación Valquiria, el atentado fallido contra Hitler del 20 de julio de 1944. Según Giovanni Coco, el jesuita König era el enlace entre el Vaticano y Michael von Faulhaber, el aristócrata arzobispo de Múnich opositor de Hitler.
«Lieber Freund!» («¡Querido amigo!»), comienza dejando huella de una correspondencia habitual. La carta reproduce el drama del momento que estaba viviendo Europa. «Continúo la lista de la última vez. Los números son oficiales, incluye el informe de varios testimonios oculares sobre el tratamiento», dice en referencia a judíos encerrados en Dachau.
La frase más importante es esta: «Las últimas informaciones sobre Rawa-Russka, con su 'alto horno' de las SS, donde cada día mueren hasta 6.000 hombres, sobre todo polacos y judíos, me las han confirmado otras fuentes». Se refiere al campo de exterminio de Bełzec, en la actual Ucrania y entonces en territorio polaco, donde entre marzo y diciembre de 1942 fueron asesinados por los nazis unos 434.500 judíos.
Máxima prudencia y cuidado
Lothar König solicita al secretario del Papa que use la información «con la máxima prudencia y cuidado», pues «ambos informes adjuntos se han obtenido con muchísimo peligro. No está en riesgo solo mi cabeza, sino también la de otros». Se refiere sin duda a la red clandestina que ha recopilado esos datos.
Los expertos consideran que como Robert Leiber, el destinatario, era secretario personal del Papa y uno de sus consejeros sobre Alemania, es muy probable que hubiera informado al pontífice sobre la información de esta carta. Sin embargo, en 1963, Leiber aseguró que Pío XII había tenido pocas y poco fiables informaciones sobre el Holocausto.
Esta carta es la estrella del volumen 'Los documentos de Pío XII, más allá del mito', preparado por Giovanni Coca a partir de documentación «personal» del Papa Eugenio Pacelli del Archivo Vaticano. «No podemos excluir que haya más cartas», asegura el archivista. La solicitud del autor de la carta de «máxima prudencia y cuidado» puede estar en la base de la decisión de Pío XII de no denunciar en público el exterminio de judíos. Coppa, en una entrevista con el suplemento literario del 'Corriere della Sera', apunta a otros motivos más graves, como el temor a represalias contra los católicos polacos o la certeza de que una denuncia supondría perder el contacto con los obispos de países bajo el yugo nazi, pero también el prejuicio contra los judíos de algunos colaboradores del Papa.
Menciona por ejemplo a Angelo Dell'Acqua, alto funcionario en la Secretaría de Estado Vaticana, quien «restó importancia a las revelaciones sobre los campos de exterminio y adujo que no había que fiarse mucho de los europeos del Este ni de los judíos, pues tendían a exagerar».
Un puñal con una esvástica
La situación era extremamente delicada en el momento en el que la carta llegó al secretario del Papa. Los nazis ocuparon Roma nueve meses después. Entonces, Pío XII se negó a abandonar la ciudad, a pesar de la sólida amenaza de que las tropas alemanas lo secuestraran o asesinaran. Años más tarde, Juan XXIII encontró en el apartamento papal un puñal con una esvástica. Le explicó su procedencia Pascalina Lenhert, la religiosa que se ocupaba del servicio doméstico en la residencia del pontífice. Aseguró que se lo había entregado a Pío XII un soldado de las SS que había recibido la orden de asesinarle.
Es de esperar que haya nuevas revelaciones en el congreso de octubre organizado por el Vaticano e instituciones israelíes sobre 'Los nuevos documentos del Pontificado de Pío XII y su significado para las relaciones judeo-cristianas'. Los organizadores, entre los que se cuentan la Universidad Gregoriana, la embajada israelí ante la Santa Sede o el American Jewish Committee, prometen «ofrecer nuevas luces sobre las controversias históricas y teológicas relativas a Pío XII y el Vaticano durante el Holocausto».
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SuscribeteCorresponsal de ABC en el Vaticano. Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Llegué a Roma en 2003. Enviado de varios medios a coberturas en Italia y alrededores (desde Francia y Portugal, hasta Armenia y Turquía, pasando por Ucrania y Túnez). He acompañado a Benedicto XVI y al Papa Francisco en la mayoría de sus viajes internacionales.
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