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ABC Cultural

Papel de Fumar

Salman Rushdie no es una víctima

No hay muchos más ejemplos en el mundo de un carácter así: un hombre amenazado que se juega la vida viviendo, en una rebelión ante la que solo cabe admiración

Lea la crítica de la nueva novela de Salman Rushdie

Bruno Pardo Porto

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Doce puñaladas y seis meses después, Salman Rushdie ha vuelto a hablar. Ha perdido la visión de un ojo (el derecho) y aún le cuesta teclear por la falta de sensibilidad en los dedos. Tiene pesadillas, pero no sobre el ataque de Hadi Matar ... que casi le costó la vida en agosto. No. Simplemente son pesadillas aterradoras. Miedos abstractos, y por lo tanto enormes. «Parece que van disminuyendo. Me encuentro bien. Puedo levantarme y caminar. Cuando digo que estoy bien, quiero decir que hay partes de mi cuerpo que necesitan revisiones constantes. Fue un ataque colosal», le contó a David Remnick, que ha publicado un perfil antológico en el 'New Yorker' en el que repasa su biografía y la persecución que sufre desde que el ayatolá Jomeini lanzó una fetua contra él en 1989.

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