Suscríbete a
ABC Cultural

Sorolla, en el panteón ilustre del Prado

Sorolla, en el panteón ilustre del Prado

En 1920 una hemiplejia segó una de las carreras pictóricas más deslumbrantes de nuestro país. Joaquín Sorolla murió tres años más tarde sin ver cumplido el sueño de ver expuestos en el Prado los 14 paneles de la «Visión de España», que hizo para la ... Hispanic Society de Nueva York. Era de justicia saldar esa deuda. Y se ha hecho con creces. El pintor más moderno de las colecciones del Prado (tanto que el Reina Sofía lo ha incluido en la reordenación de las suyas) ha entrado en el panteón de maestros ilustres del Prado con todos los honores: antológica y catálogo de lujo, sólo dedicados a Velázquez, Goya, Ribera, Murillo, El Greco o Zurbarán. Le ha colocado a la misma altura que los más grandes. Sorolla aguanta el tipo; aprueba, y con nota, tan duro examen. Todas las salas de la ampliación del museo, a merced del valenciano. Cuelgan en ellas 102 pinturas. No hay una obra maestra que se haya quedado en el camino. «Todo lo que tiene que estar, está», dice rotundo José Luis Díez, uno de los comisarios. Hay grandes obras de todas las etapas, de todos los géneros. El mejor Sorolla, para el mejor museo. Al fin logra este artista despegarse de la piel ese pringoso cliché estereotipado de pintor de playas, de pintor de la luz. Pintó playas, cierto, y manejó a su antojo la luz. También cierto. Pero Sorolla es mucho más que eso. Y todo «ese mucho más» está hoy en el Museo del Prado.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia