El pintor quiso, en 2006, abandonar «porque para él esto no era negocio»
ABC
Presidencia del Patronato de la Fundación Onuart
De fuentes internas ha sabido este diario que, mientras el presupuesto se encarecía, Barceló habría llegado incluso a echarse atrás a finales del 2006, aduciendo que posiblemente «para él esto no era negocio», que «iba a sacarle ... dos años del mercado, dejando otros encargos». No está claro cómo se resolvió la financiación para que volviese a embarcarse el pintor mallorquín, pero el gasto siguió aumentando. Desde entonces, la cuestión la llevan ya exclusivamente el embajador y su segundo, Joaquín Arístegui, luego reclamado para el gabinete de Moratinos. Se buscan instrumentos de financiación y se crea al efecto la Fundación Onuart, de la que son vicepresidentes el embajador March y su sucesor Javier Garrigues, ambos presentes en la rueda de prensa de ayer, mientras que Moratinos es el presidente. Ayer, Exteriores excusaba el alto precio en su comunicado diciendo que «respecto al costo de las obras, el presupuesto del proyecto (18.487.498 euros con una desviación autorizada del 10%) no ha sido fijado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación sino que es competencia del Patronato de la Fundación, órgano soberano de gobierno de la misma.»
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