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Muntadas: «Los artistas no tenemos ningún poder»

Doña Sofía inaugura hoy en el museo que lleva su nombre una exposición que revisa la producción del creador catalán

Muntadas: «Los artistas no tenemos ningún poder» óscar del pozo

NATIVIDAD PULIDO

Mirar, ver, percibir. Estas tres palabras, estampadas en la pared y alumbradas por flexos, ya nos dan una idea de que el artista requiere el compromiso del espectador. No desea que nos mantengamos al margen, que seamos meros visitantes pasivos en su exposición, sino que nos impliquemos, que nos mojemos. Antoni Muntadas (Barcelona, 1942) lleva cuarenta años mojándose , percibiendo, escrutando cuanto ve y oye. Enfrascado toda su carrera en el arte conceptual, ha sido pionero en casi todo, como dice Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía. Cuando aún nadie hablaba de estas cosas, él ya estaba trabajando con vídeo, televisión, internet, instalaciones multimedia, obras site specific... y abordando asuntos como los mass media, la publicidad, el hiperconsumismo, las estructuras de poder, la sociedad del espectáculo, las nuevas tecnologías o el arte público.

Todo ello está presente en esta ambiciosa exposición, que el Reina Sofía le dedica, hasta el 26 de marzo de 2012, por haber obtenido el premio Velázquez hace dos años. Ha puesto a su disposición la cuarta planta, la sala de protocolo y las conexiones de la ampliación de Nouvel. Tampoco se ha escatimado en gastos: un complejísimo montaje que se antoja muy costoso . Desde el museo advierten que se ha podido hacer gracias a que la muestra itinerará por Lisboa, París y Vancouver y que estas sedes contribuirán económicamente.

Intersticios

El sugerente título de la muestra, «Entre/Between», hace referencia al lugar desde el que aborda Muntadas todas estas cuestiones: lo hace siempre desde espacios intermedios, intersticios, lugares indefinidos. Y desde ellos plantea preguntas, nunca ofrece soluciones. La comisaria, Daiana Augaitis, ha articulado la exposición en nueve Constelaciones. Ahí están sus experimentos de los setenta en los que utilizaba los sentidos del tacto, el gusto y el olfato para explorar los cuerpos. Y sus críticas al poder. En su videoinstalación «The Board Room» recrea una sala de juntas . En sus paredes cuelgan 13 retratos de líderes religiosos, políticos y de la TV, en cuyas bocas hay unos pequeños monitores que reproducen fragmentos de sus soflamas. En «Stadium XV» ofrece su particular crítica de la sociedad del espectáculo. Muntadas recrea una especie de circo romano: el estadio como espacio de los rituales del espectáculo contemporáneo. En las paredes de la sala y en «la arena» de

este coliseo se proyectan vídeos en los que desfilan desde nazis y tanques hasta la Coca-Cola, los Juegos Olímpicos o la mismísima Beyoncé moviendo las caderas.

Pero la mirada irónica de Muntadas se posa también en el arte: aborda críticamente las jerarquías artísticas, los lenguajes expositivos... Vemos marcos colgados en las paredes que no enmarcan nada, proyectores que no proyectan nada, vitrinas que no exhiben nada... No deja de ser curioso que esta crítica se haga desde dentro de un museo. En la intervención site specificque ha creado para la ocasión («Situación 2011»), retoma la que hizo en 1988 sobre este museo. Entonces indagaba sobre el papel de este espacio, su dualidad museo-hospital, y ahora explora en la ampliación de Nouvel acerca de las ampliaciones museísticas. Muntadas cree que los artistas no deben hablar, sino que deben ser sus obras las que lo hagan por ellos. «No soy de grandes palabras. Si no, los artistas acabamos en políticos o publicitarios. No tenemos ningún poder».

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