Mapplethorpe, la obsesiva búsqueda de la perfección

Muestra los métodos de trabajo, los materiales y el aspecto experimental de un hombre que en su obra exploraba la masculinidad y la sexualidad . Michael Ward, presidente de la Fundación Robert Mapplethorpe, asegura que «en estos 27 años transcurridos desde su muerte, ésta es, sin duda, la mejor muestra de su trabajo, que además se presenta simultáneamente en dos instituciones. Un concepto revolucionario que agradaría mucho a Robert». Mapplethorpe falleció de sida a los 52 años en 1989 , pero fue un artista prolífico que cuidó con detalle su legado. Tras serle diagnosticada la enfermedad, continuó trabajando y en 1988 creó la fundación que lleva su nombre. De ese mismo año es su último autorretrato, colgado en las paredes del Getty, donde se observa en su rostro los estragos de la enfermedad: con su mano agarra un bastón, decorado con una calavera, que representa la inmediatez de la muerte.

«Robert era un artista de Nueva York , la quintaesencia de Manhattan , pero estos cuatro años de investigación que han dedicado el LACMA y el Getty Museum, buceando en los archivos de Robert, me han demostrado que la exposición está en el lugar adecuado», asegura Edward Mapplethorpe, hermano pequeño del artista. La instalación exhibe en el LACMA los primeros años de su trabajo, cuando descubrió la fotografía y su musa era la poeta y cantante Patti Smith . «A Robert le gustaba incluirse en su obra, formar parte de su trabajo. Por eso fotografiaba a sus amigos y a sus amantes», explicó Paul Martineau, conservador de Fotografía del Getty Museum.

Mapplethorpe buscó siempre modelos con cuerpos proporcionados, atléticos, esculturales . En particular, se sentía atraído por modelos de piel negra , a la que se refería como color bronce, para sus composiciones de temas clásicos como «Ken, Lydia y Tyler» (1985), que es su particular visión de «Las Tres Gracias». Mapplethorpe fue un perfeccionista que prefería tomar fotografías controladas en su estudio de Nueva York. «Era mucho más sofisticado de lo que la gente cree . Era un artista que entendió el valor de su intuición y su visión. Se hizo a sí mismo . Aprendió fotografía e historia, aprendió a vender su obra, a manejar un estudio y mantener el interés del público por su trabajo», confiesa Martineau.

Es en el Getty Museum donde se encuentra parte de su portfolio más emblemático: desde un retrato de su benefactor Samuel J Wagstaff Jr., hasta sus sensuales flores, su último autorretrato o la serie que dedicó a la culturista Lisa Lyon. Una de las salas evoca la retrospectiva que abrió en 1988 en Filadelfia y revolucionó la ciudad. Cancelada en la Galería Corcoran de Washington , llegó al Centro de Arte Contemporáneo de Cincinnati, donde el director, Dennis Barrie, fue arrestado por promocionar imágenes obscenas . La exhibición viajó luego al Washington Projects for the Arts (WPA), donde batió récords de visitas. «Al planear esta exposición quise concentrarme en su trabajo y no en el sensacionalismo que le acompañó. La controversia puso sus fotografías sexuales en un contexto histórico», admite Martineau.

Mapplethorpe fue un virtuoso de la imágenes injustamente recordado por convertir la pornografía en un arte, cuando sus miles de fotografías demuestran que su talento era rico, complejo y perdurable en el tiempo. En abril se estrenará un documental sobre el fotógrafo en la cadena HBO.