Hirst ofrece a Cattelan intercambiar una de sus obras por su plátano pegado a la pared, pero no acepta

« Estaba desesperado por comprar esta obra, porque me encanta », publicó Hirst en su cuenta de Instagram. «Le pedí a mi amigo y comisario Francesco Bonami que le preguntara a Maurizio si podía venderme una de sus obras o si me haría una especial. Me ofrecí a cambiarla por uno de mis trabajos. ¡Pero tristemente dijo que no! ¡Wahhhh!».

La polémica pieza fue creada en una edición de tres ejemplares y dos pruebas de artista. Los coleccionistas Billy y Beatrice Cox y Sarah Andelman se hallan entre los que compraron algunas ediciones. Según «The Guardian», se creó y vendió una segunda versión de la pieza.

Cattelan no aceptó venderle una de sus obras a Hirst. Al parecer, Bonami creó su propia versión y se la envió a Hirst como regalo, pero con una condición: el plátano se colocaría en sentido contrario . «Lo tengo ahora en mi pared y me encanta», dice Hirst. «¡Gracias Francesco y gracias por intentarlo! ¡Quizás debería llamarte Francesco Bananami a partir de ahora!»

Según las instrucciones originales de Catellan, Hirst planea reemplazar el plátano semanalmente. «Quiero que se vea fresco» , dice, y agrega que se comerá los productos desechados . Cuando se le pregunta por qué ama tanto este trabajo de Catellan, Hirst responde: "Porque después de todo lo que hemos visto en el arte, sigue siendo impactante y perturbador y me hace reír ».